La República ayer y hoy
Por Luis Rivero , 14 abril, 2014
Resulta casi un tópico que cada 14 de abril se haga alusión a la proclamación de la II República española. De sólito, no suelo escribir un artículo conmemorativo, ni siquiera en los aniversarios cuyo guarismo acaba en cero. Pero hoy se hace necesario comentar una imagen del pasado por su actualidad. La fotografía que hoy comentamos fue tomada la misma tarde del 14 de abril de 1931 en la madrileña Puerta del Sol. La bandera republicana ondea en medio de una multitud que celebra jubilosa el advenimiento de la República.
La proclamación de la II República se produjo por efecto reflejo de los resultados de las elecciones municipales celebradas el 12 de abril de 1931. Los comicios dieron la victoria a los partidos republicanos y el Rey Alfonso XIII abdicó sin remedio.
Cuando se cumple el 83º aniversario de la proclamación de la II República, se constata que la institución monárquica nunca antes estuvo tan desprestigiada ni alcanzó un grado de popularidad tan bajo desde su reinstauración en el año 1975. El régimen monárquico –aunque de esto no se habla en la prensa del mainstream– fue el “recambio” del régimen franquista tras la desaparición del dictador. La designación del príncipe Juan Carlos de Borbón como heredero en la Jefatura del Estado durante los últimos años de la dictadura y el proceso aperturista del régimen eran parte del plan. La instauración de la monarquía y el acto formal de proclamación del príncipe como Rey de España estaban ya en el guión. Incluso el proceso llamado de “transición a la democracia”, a decir de muchos, estaba igualmente previsto por el régimen. No fue obra de la improvisación ni de la generosidad de ningún personaje político. El gobierno “de palo y tente tieso” mostraba ya su agotamiento. Y tras la desaparición de Carrero Blanco, el hombre fuerte del régimen, no existían muchas alternativas… Era evidente que había que cambiar algo para que todo siguiera más o menos igual. Este fue el razonamiento de la oligarquía en el poder.
Pero la monarquía juancarlista, no obstante su origen franquista, gozó de todos los apoyos políticos internos y externos. La prensa del régimen junto con todos los medios del mainstream se encargaron de dar una imagen cándida y misericordiosa del monarca y el nuevo régimen. Y el intento fallido (¿o simulacro?) de “golpe de Estado” del 23-F fue la ocasión perfecta para acabar de instaurar definitivamente la monarquía.
Los partidos tradicionalmente republicanos renunciaron a la aspiración de la III República y claudicaron ante el nuevo estado de cosas.
Pero todo lo que se oculta, al final se acaba sabiendo. Los fantasmas del pasado nos siguen a todas partes como una sombra, y tarde o temprano se manifiestan con claridad.
La República fue un régimen democrático, de corte social progresista y avanzado. Quizás demasiado avanzado para su época, y así terminó…
El ideal republicano (en el Estado español) sigue suponiendo una apuesta de futuro sin temor a la democracia. Seguramente por eso la República da tanto miedo, y por ello los partidos de historial republicano terminaron renunciando a ella. ¿A qué tienen miedo…?
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