La revoluciòn de las redes sociales para los medios de informaciòn

Raro es el español que no sabe ya la noticia del asesinato de Isabel Carrasco, pero no voy a

hablar sobre ello (bastante se ha hablado ya estos días). Mi reflexión es acerca del medio por el

que nos hemos enterado, y es que más de la mitad de la población se enteró de la noticia por las

redes sociales (Twitter y Facebook especialmente). Y es que estas páginas, sobre todo para

aquellos que tenemos sus aplicaciones en el móvil o tablet, se han convertido en una fuente más

de noticias.

De acuerdo a los resultados más recientes del CIS la mayoría de los españoles, un 22,8%, se

preocupa por la economía, o las noticias económicas; seguido de la cultura, un 18,1%, y la

política, con un 17,1%. Mientras, Twitter demuestra que lo que más preocupa a los españoles es

el trabajo, o la ausencia de él; ya que el hashtag que más veces aparece en la lista de Trending

topic es #Empleo. Utilizando esta misma fuente, sabemos que un 11,9% se informa a través de

medios digitales y un 3,8% reconocen la gran influencia de las redes sociales en la búsqueda de

noticias. Los datos, aunque aburridos, demuestran el auge imparable de las redes sociales como

medios de información informal.

Aunque las redes sociales siguen utilizándose mayoritariamente para usos personales y

exposición de experiencias o ideas (Facebook sigue inundado de las fotos de las últimas

vacaciones de cada dueño de perfil, y Twitter de comentarios a favor y en contra se los

concursantes de supervivientes), la posibilidad de mostrarle al mundo otra cara de la verdad le

llama, y mucho, la atención tanto a los emisores de esas noticias como a los lectores

desencantados con los medios «tradicionales».

Gran parte de la población, pese a su supuesto desinterés

por la política, elige el tipo de medio en el que informarse por

su ideología y el tratamiento de la información. Durante el

mandato de Zapatero los informativos de TVE se convirtieron

en líderes de audiencia, pero cuando el PP subió al poder y

se conoció la vuelta a la manipulación de la información

emitida por parte del Gobierno (o, al menos, confirmándolo),

bajaron, y mucho, de puesto. La crisis, la situación política

nacional, los límites a los que nos han llevado, las mentiras…

Nos han conducido a un estado de completo escepticismo

ante cualquier político o información que proceda de él. Y

siendo lógicos, con los años que tienen los principales

periódicos, algo de mano alguno de los partidos políticos

actuales sabemos que tienen. Así que… ¿Por qué

deberíamos confiar en lo que dicen? Que un avión haya

desaparecido es un hecho, pero los motivos, las ayudas

internacionales y los pensamientos políticos o sociales

cambian en función del canal de televisión o diario

consultemos.

Por ello, un 24% de la población consulta o sigue la evolución de la actualidad social y política a

través de las redes sociales. Ya que en casos como el 15M los usuarios de las redes sociales

como medios de información recomendaban su uso para saber «lo que realmente estaba

pasando» y a tiempo real; sin filtros, sin influencias, sin miedos y sin manipulaciones. Si

comparamos varios periódicos veremos, en muchas ocasiones, muchas y enormes diferencias

ante una misma verdad; igual que podemos ver discrepancias, otras tantas veces, entre la verdad

vivida y la relatada en los informativos. Los sponsor, las fuentes habituales y las fuerzas sociales,

económicas o políticas llegan a tener un poder de influencia, o chantaje, que lleva a periodistas y

maquetadores a cambiar el periódico. Pero los ciudadanos de a pie, aquellos que queremos

contar lo sucedido sin un premio, sueldo o reconocimiento laboral de por medio nos centra,os en

lo esencial y en lo que vemos en ese instante, o en lo que hemos creído ver; por ello, en especial

en manifestaciones, revueltas o movimientos sociales, las redes sociales son las más usadas y la

principal fuente de credibilidad para conocer los acontecimientos.

Basandonos en todo esto… Algo tendrá que cambiar en los principales y más conocidos medios si

no quieren desaparecer, o quedarse como elementos de entretenimiento, mas no de información.