La educación y la cultura bases para una sociedad con futuro

Aunque en los momentos que nos está tocando vivir no parezca demasiado relevante o por lo menos el apoyo que se está brindando a la educación y la cultura no lo demuestre, ambas son herramientas fundamentales para desarrollar ciudadanos conscientes y responsables con verdadera capacidad analítica justa y equitativa basada en el respeto hacia los demás.

Por si algunos lo habían olvidado, la pasada ceremonia de los Premios Goya sirvió para dejar patente, a través de una de las películas galardonadas, la necesidad de recuperar y apostar tanto por una educación de calidad con igualdad de oportunidades como por la cultura, importante fuente de pensamiento crítico y enriquecimiento personal.

El documental de Pilar Pérez Solano, Las maestras de la República, gracias a la obtención del galardón a la mejor película documental vuelve a recordarnos una importante etapa de nuestra historia en la que las mujeres comenzaron a decidir por ellas mismas la necesidad de sentirse ciudadanas, a sabiendas que la única forma de transmitir ese sentimiento a la sociedad que les había tocado vivir era simplemente a través de la educación y el fomento de la cultura. Pensaban que sólo se podría construir una sociedad con futuro si hombres y mujeres avanzaban juntos en su desarrollo personal y profesional.

Las maestras de la República, injustamente olvidadas, fueron mujeres valientes y luchadoras que apostaron por hacer desaparecer de las aulas la segregación entre niños y niñas haciendo que ambos tuviesen las mismas oportunidades para formarse y aprender, que recorrían los pueblos alfabetizando adultos que nunca habían conseguido leer ni una sola línea de un libro, ni tan siquiera tenían la opción de acceder a ellos, que enseñaban a otras mujeres lo que podían llegar a ser, pensar y decidir por ellas mismas tan sólo con dos herramientas, la educación pública y la cultura.

Esas mujeres son un ejemplo de sociedad abierta. Todas ellas tenían muy claro que la única forma de crecer era desde la equidad de oportunidades y lo hicieron de una forma valiente aunque las circunstancias se convirtieran para ellas en lo más adversas posibles pero seguramente tenían muy claro que la ignorancia es la mejor forma de convertirse en esclavo.

Pero como en la vida no todo es positivo, siempre hay nubarrones que planean y en este caso, la ausencia del Ministro de Educación y Cultura se convirtió en esa amplia e injustificable negritud quien sabe si fruto del desprecio, desinterés o de ambas.

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