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La tormenta del Sahara dispara la alerta al agravar la contaminación en varias zonas de Inglaterra

Por Lucía Berruga Sánchez , 3 abril, 2014

En la costa este de Inglaterra, en el noroeste de Norfolk, el nivel de alerta llegó el martes a la cota máxima. Pero no es la única zona donde esto ocurre: el gobierno británico ha hecho un llamamiento de alerta por los altos grados de contaminación que se están registrando en varias zonas del país, destacando las regiones del sur, del centro y del sudoeste.

El Ministerio de Medio Ambiente ha registrado hoy en la escala del 1 al 10, un 10 en Norfolk, así como un 6 en East Anglia, un 5 en el sudoeste y zonas del noroeste de Inglaterra, advirtiendo de estos niveles pueden empeorar a lo largo del día de hoy de mañana antes de poder volver a los niveles normales. Incluso se predicen niveles de contaminación que llegarán al 8 y 9 en la zona del sur de Inglaterra, las Midlands y el sur de Gales.

Los factores que están agravando las altas contaminaciones son los vientos débiles predominantes en el sur y en el sudoeste de Inglaterra que provienen de la tormenta del Sáhara, que contienen partículas de polvo de tormentas de arena que se mezclan con la contaminación local y los gases contaminantes agravándolos.

Es por ello que el Gobierno recomienda tanto a adultos como a niños, especialmente a aquellos, con problemas pulmonares y del corazón, que reduzcan su actividad física y que no hagan grandes esfuerzos al aire libre en todas las zonas con un nivel de contaminación entre 4 y 6 si tienen síntomas. Igualmente, en las zonas con cifras de contaminación entre 7 y 9 se aconseja, con o sin síntomas, igualmente no realizar actividades físicas. Para los ancianos se recomienda que reduzcan su actividad en zonas con un nivel 7 y la eliminen por completo si se llegase al nivel 10.

El propio primer ministro David Cameron confesó en el programa Breakfast de la BBC que este jueves no salió a correr aunque es su costumbre, pues quería evitar inhalar los gases tóxicos. “Es muy desagradable, se siente en el aire”, dijo Cameron, quien prefirió quedarse trabajando a hacer deporte por un Londres sumido en una densa neblina contaminada.