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Las lágrimas de Boabdil… Y el sopapo que le hubiera soltado su madre

Por Víctor F Correas , 2 enero, 2015

No está claro si fue real o no; lo de que se echara a llorar cuando entregó las llaves de la ciudad.

Boabdil-Alfred-DehodencqNi tampoco que su madre le saliera con eso de «llora como mujer lo que no supiste defender como hombre» cuando, seguramente, hubiera deseado soltarle un bofetón de los que marcan época. ¿Lágrimas? «¡A gorrazos te corría! ¡Y te echaba yo misma de Granada, y no estos!». Estos, a los que Abü Abd Allah Muhammad ibn Alï ―comprensible que los cristianos lo llamaran Boabdil―, el XII Muhhamad en lista de reyes nazaríes, entregó las llaves de la ciudad, o les dio barra libre para quedársela en propiedad, eran Isabel y Fernando; un matrimonio de cristianos con ímpetu que se tomó en serio lo de ser dueño de casi todos los territorios de esa península llamada Ibérica. Que para eso eran los Reyes. Y además, católicos. A falta de Portugal ―las alianzas familiares se encargarían de facilitar la tarea llegado el tiempo, poco menos de un siglo después―, les faltaba apropiarse de esa ciudad, Granada, la perla de un reino que no era ni la sombra de lo que fue. Y a ello se dedicaron los últimos años ante las mismas narices de Abü Abd Allah Muhammad ibn Alï, que vio caer una tras otra Málaga, Marbella, Almería, Guadix y Baza. Estaba claro que la siguiente sería la suya. Que para eso las fuerzas de Isabel y Fernando levantaron un campamento delante de sus murallas con torres, puertas y todo tipo de fortificaciones; vinieron a decirle que eso eran lentejas: o se las comía ―cedía amablemente la ciudad a sus nuevos dueños y salvaba el cuello, que tal y como estaban las cosas no era mal negocio―, o las dejaba. Y entonces, a saber si no le harían tragar ración doble, inmerso como estaba en una guerra civil contra su propia familia por la propiedad del reino. De ahí que capitulara y se quitara de en medio cuanto antes; que llorara todo lo que tuviera que llorar al entregar las llaves de Granada a los Reyes Católicos; y que su madre lo llamara de todo menos guapo una vez perdido el reino. No era para menos.

Tal día como hoy hace 523 años, Boabdil entregó las llaves de Granada a los Reyes Católicos. De esta manera se ponía fin a 770 años de reconquista cristiana.

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