«Libro de escorzos» de Juan Quintana
Por Sonia Aldama , 6 octubre, 2014
LIBRO DE ESCORZOS
Juan Quintana
Reivindicar la poesía, reivindicar al poeta, pocas veces tenemos la oportunidad de hacerlo y desenmascarar a los que trafican con libros mediocres y malas copias de otras literaturas. Hoy reivindicamos a uno de los grandes poetas españoles, desconocido para algunos, querido y reconocido para muchos de los que han tenido la suerte de leer sus versos: Juan Quintana.
El poeta nació en Villanueva de la Serena (Badajoz) en 1945. Residió en Madrid desde 1961 a 1981, año en que se traslada a Miguelañez (Segovia), para dedicarse exclusivamente a la literatura. El poeta, que también fue crítico literario y escribió relatos y poesía en varias revistas y diarios, fue finalista en algunos certámenes de poesía y narrativa y publicó tres libros, además de trabajos dedicados a Juan Rulfo, Juan Carlos Onetti y Carlos Droguett, escritor chileno antipinochetista del que fue un gran amigo.
Libro de escorzos de Juan Quintana es un poemario dividido en 30 poemas o un poema largo. El discurso que presenta es libre y cargado de surrealismo, además, otra de las curiosidades del libro, es que no presenta signos de puntuación, una técnica que nos sugiere leerlo en voz alta y que ofrece otra lectura: la del sentir revolucionario de esta obra.
Félix Grande, otro de nuestros magníficos poetas, prologó “Libro de escorzos”. Juan Quintana, colaboró con F. Grande en publicaciones como Cuadernos Hispanoamericanos, que en aquel momento dirigía el propio Félix y que describió así este libro:
(…) “Si te emociona todavía, lector, aquel bastión de justicia y candor al que la posteridad suele denominar César Vallejo, llévate a casa
estos poemas de Juan Quintana: los dos le debéis algo al cholo ilustre de severa ternura.”
(…) “Y Juan Quintana no los busca a todos: busca solo a los suyos. ¡Pero los suyos son ya muchos! Son ya una multitud internacional, una riada de seres cálidos que tiritan de frio, que llenan las aceras de honra desde su soledad conjunta. Son ya un espeso mar humano que ocupa las calles y las noches, con mucho miedo y mucha cólera contra la horrenda oligofrenia de tanto deshonor como ensucia a la vida maravillosa, con mucho amor por este presente castigado al que se le derrama el sufrimiento por su carita enjuta, y con muchísima nostalgia por un futuro sin malvados, sin satisfechos y sin cursis.”
En “Libro de escorzos” Juan Quintana ironiza sobre la vida en arte mayor a través de juegos de palabras afines, metáforas y sinestesias, nos habla de la tierra, de la mujer, de la guerra, de Extremadura y del paisaje, los cochinos y las gallinas, nos llena la boca de saliva que a duras penas tragamos con la emoción de estos versos, que como dijimos, deben leerse y beberse en voz alta. Sin pausa pero con lentitud.
Si escorzos en la pintura es reducir la longitud de los objetos según las reglas de las perspectivas, en la poesía de Juan Quintana simboliza mirar desde otro ángulo las reglas de la vida, torcerlas, girarlas y desentrañar olores, sabores y paisajes extremeños, cotidianos; habla de guerras y escombros, de madres, señoras y rincones por los que paseamos la vista, atónitos, en esta explosión de poesía que aplaudimos y reivindicamos de nuevo:
V
“acaso fuera así
y ya tal vez no sea porque suele
ser tópica la brava realidad tomada por los cuernos
pero la soledad comienza nunca o siempre
y ahora comienzacaba
se revuelve en el lecho con la forma del yo poco común
y muerde acá
aquí y ahora
aunque acaso
no sea tampoco así y estás metamorfoseando brotes últimos
convirtiendo tus ritos y tus mitos
la certeza y el ansia
en los de algún arbusto irracional de humanos ojos
y así la soledad no volverá a ser ese miedo aterido nunca más
pero tampoco un átomo de la real realidad
sino cáustica sombra de calles y ciudad
y regresa la lluvia y crece el barro
viene unperro baboso con el lomo escupido
llega de nuevo un niño convertido en saliva
suena el viento y retumba y aúlla mientras cruza
cubre relojes lápices vasos copas medallas
destruye
el sebo acaso destinado a lustrar botas militares
luego
se fuga en ondas frágiles concéntrico y espeso
el eje de la vida ya convertido en tedio
y brillan las tinieblas mientras nutren
los inservibles brazos musculosos del alba
desvestido y caótico
el espejo posee cierto aire de girándula implacable
que convierte vocablos en seres escamosos (…)
“Libro de escorzos”. Juan Quintana. Diputación de Badajoz. 2013
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