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Linchamientos diversos

Por José Luis Muñoz , 24 noviembre, 2017

Desde posiciones muy próximas al PSC se está cuestionando, sobre todo desde la ruptura del pacto de gobierno con ese partido en el Ayuntamiento de Barcelona, la figura de la alcaldesa Ada Colau. Conviene recordar que la alcaldesa de Barcelona no se ha movido un ápice en eso que se llama equidistancia, una posición sumamente incómoda porque recibe críticas desde los dos polos.

Harán muy bien en no votarla los que creyeron que se iba a alinear con el bando del 155 o los que supusieron que iba a abrazar el independentismo. Como equidistante en este enmarañado procés mal diseñado y que ha acabado como yo suponía, abocado al fracaso porque no contaba con una mayoría consistente de apoyo ciudadano (60/40) comparto plenamente la postura de la alcaldesa.

Más bien creo que en donde se ha producido un movimiento difícilmente explicable es en las filas del socialismo desnortado. Los votantes del PSC nunca creyeron que un partido teóricamente progresista iba a cerrar filas con la derecha más cerril del PP y Ciudadanos. El selfie de Manuel Iceta con Xavier Albiol fue mucho más que eso.

Ante el descarrilamiento del procés, por esa mezcla de bisoñez e incompetencia de sus dirigentes y, sobre todo, por no tener esa mayoría amplia de apoyo para abordar algo tan sumamente trascendental como el nacimiento de un nuevo país, y los tics absolutamente autoritarios del corrupto e indigno gobierno central arropado por el PSOE (Pedro Sánchez ya se ha olvidado de sus bases que le votaron para desalojar a Mariano Rajoy) se impone implementar en Catalunya una mayoría progresista de izquierdas que aparque, de momento, la independencia del país, y ahí no va a estar ese PSC cada vez más escorado a la derecha.

Ada Colau y Xavier Domènech no se han movido. Hay una tercera opción en Catalunya el próximo 21D que no pasa por la reedición del bloque soberanista, con el que se entraría en un bucle, ni por el constitucionalista, inamovible, y es construir uno de izquierdas, social y progresista que pregunte al pueblo catalán e implemente una política que solucione los problemas reales de los ciudadanos postergados durante tantos años por ese flamear de banderas.