Los años oscuros
Por José Luis Muñoz , 24 marzo, 2019
Nunca pensé que iba a ver este rebrote de la ultraderecha, que el huevo de la serpiente eclosionara y lo haría con tanta fuerza. Quizá es que los fascismos son cíclicos y son herramientas del sistema para ordenar el caos que genera. Si al otro lado del charco un presidente iletrado está cambiando el orden de su patio trasero (alguna culpa tendrán los Kirchner, Lula de Silva, Maduro, Ortega de turno, me pregunto) con gobiernos títeres que rinden su vasallaje al amigo americano, aquí, en esta orilla, su pupilo Steve Bannon organiza la extrema derecha para hacerse con el control de Europa y después desintegrarla.
Lo más preocupante es que los fascismos son contagiosos y ya no se ocultan. Pasó en Grecia con Amanecer Dorado y pasa en España con VOX. PP y Ciudadanos andan en competición por superar a VOX en sus discursos precampaña y éste exhibe sin pudor su pedigrí franquista. Cayetana Álvarez de Toledo, marquesa de Casa Fuerte, con triple nacionalidad (francesa, argentina y española), discípula aventajada en las FAES de Aznar que no ha pisado Barcelona y se presenta en la lista electoral por esa provincia, banaliza sobre los golpes de estado a tiro limpio y con tanques, y Pablo Casado haría el sueco con las emigrantes a cambio de que den sus hijos en adopción. En esa escalada de barbaridades, un casposo moral de VOX llamado Iván Espinosa de los Monteros pide ilegalizar a secesionistas y podemitas por querer destruir España y porque no se duchan; se suben al carro de los desatinos unos cuantos generalotes franquistas y un historiador, Fernando Paz, que dice que el Holocausto no lo fue tanto y que había nazis buenos a rehabilitar, y que Franco trajo la democracia y otras barbaridades diversas. Para redondear el guiso Fernando Sánchez Dragó cambia al Caudillo Aznar, por el que babeaba, por Abascal y le escribe un libro de entrevistas al tipo que pide que los buenos españoles se armen.
Lo malo no es que existan esos partidos, sino que haya gente que los vote, y que los voten los corderos que van a ser degollados y lamen las cuchillas de los matarifes. Sigue España, después de tantos años que dejó atrás la dictadura, sin tener una derecha homologada y presentable que abjure del franquismo. Esos patriotas de boquilla, envueltos en la rojigualda, nostálgicos de su aguilucho, velan por su cortijo y convierten a los emigrantes en los judíos del siglo XXI.
Me declaro perplejo ante esto fichajes políticos y sus declaraciones y pido al nuevo gobierno que salga de las urnas simple y llanamente que la apología del franquismo y partidos que se consideren herederos del funesto dictador sean ilegalizados, cosa que ya se tenía que haber hecho hace tiempo. Si gobierna el trío liberticida puede que me exilie del país y hasta de la vida. La España que hiela el corazón, españolito, estaba hibernando. Cuidado con los mordiscos de esos perros que duermen, como advierte Juan Madrid en su última y espléndida novela, porque ya han despertado. Vienen años oscuros.
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