Los pies… de Meryl Streep
Por David Acebes , 8 noviembre, 2015
Lo que son las cosas. El pasado día 1 de noviembre publiqué en este periódico una columna titulada Más allá del urinario.
Más allá del urinario
Dos días después, el día 3, una compañera del periódico, María J. Pérez, publicó por su parte una columna de temática distinta, pero título parecido: Del urinario de Duchamp a la palangana de Redford.
Del urinario de Duchamp a la palangana de Redford
En su columna, María J. Pérez confiesa que no recuerda cuántas veces ha visto Memorias de África y que “para su gusto” esta película contiene una de las escenas más eróticas del cine de todos los tiempos. En concreto, se refiere a la escena «en la que Robert Redford, con palangana y jarra en ristre, derramaba un torrente de agua tibia a la vez que aclaraba las ideas tórridas que se le pasaban por la cabeza a Meryl Streep en un campamento improvisado en medio de la sabana de Kenia».
Estoy completamente de acuerdo con ella. La escena en cuestión es una de las más eróticas de todos los tiempos. De hecho, al leer sus palabras, recordé que un servidor había escrito algo al respecto, así que me puse a buscar y, miren ustedes por dónde, he encontrado en mi Diario íntimo el siguiente fragmento que no me resisto a compartir con los lectores. Todo sea para demostrar que en lo cotidiano también existe un sutil y delicado erotismo…
Mayo, 18
16:37. Mi mujer está viendo Memorias de África.
16:52. Mientras leo, escucho cómo Robert Redford afirma a una guapísima Meryl Streep, trasunto de la escritora Karen Blixen, que en toda la historia de la literatura universal nunca se ha escrito un poema, ni una sola estrofa, acerca del pie. Ella, coqueta, le pregunta si cree que él podría componer uno… Como es obvio, esta conversación «literaria» capta mi atención.
16:53. Vuelvo al libro que estoy leyendo, Cuéntamelo otra vez, de Amalia Bautista, y, sorprendido, me encuentro con el siguiente poema:
Qué feos son los pies de todo el mundo,
menos los de mis hijas. Qué bonitos
son los pies de mis niñas. Los mofletes
redondos y rosados de los ángeles
envidian sus talones, y sus dedos,
vistos desde la planta, diminutos,
tienen la suavidad de los guisantes.
Los tienen a estrenar. Y me conmueve
pensar en cada paso que aún no han dado.
16:55. Miro los pies descalzos de mi mujer y compruebo que son también rosados…
16:56. Vuelvo a leer.
17:07. Alzo la vista y veo a un pícaro Robert Redford lavando el pelo a Meryl Streep. No sé por qué, pero siento un deseo enorme de masajear los pies de mi mujer.
17:08. Ahora caigo. Dejo el libro y, subrepticiamente, me acerco a ella. Mientras tanto, agradezco el hecho de ser poeta y conocer el significado secreto de las palabras ¹…
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¹ Hay quien asegura que la palabra masaje proviene del francés masser y que, originariamente, significaba lavar el pelo…
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