LOS REGIDORES: LA SECTA MÁS PELIGROSA
Por Octavi Franch , 4 enero, 2016
Tengo miedo. Muchísimo miedo. Éste es un artículo muy complicado de escribir para mí. Pero lo tengo que hacer. Porque la gente tiene derecho a saber la verdad, a saber quién hay detrás de cada ayuntamiento, quiénes son las personas que administran nuestros impuestos locales. No podré dar nombres ni datos que me puedan vincular. Porque tengo miedo. Sólo habrá que esperar 4 años para que vuelva la paz a esta villa costera de la provincia de Tarragona.
Por motivos profesionales, tengo contacto con este pueblo desde 2009. De los casi 1000 clientes que tiene mi empresa, una docena tienen su negocio en este lugar. La verdad es que la experiencia laboral en este sitio no ha sido nunca lo bastante satisfactoria, y de hecho varios de estos empresarios y empresas han sido denunciados y denunciadas por estafa por nuestro departamento jurídico. Pero todavía hay alguien que se salva, a pesar de todo. A raíz de mi cargo societario, colaboro con un montón de intermediarios, tanto públicos como privados. Y aquí es donde se desencadena este drama.
Está claro que no tiene nada que ver ser una buena persona con un buen empresario, como tampoco lo es ser un buen político con ser una buena persona. ¿Pero qué sucede cuando uno es una mala persona y un nefasto empresario? ¿Alguien se cree que esta misma persona puede ser un excelente político? Yo, no.
De este gobierno municipal, pues, conozco personalmente a 4 miembros. De 2 de ellos no tengo nada negativo que decir. Son excelentes personas y profesionales. Uno, como político, ya lo conocía de oídas, pero el otro no. Y, por lo tanto, insisto que de momento no hay malas noticias, por lo que todo va bien, como tenía que ir de hecho y es que por eso les votaron. No es mi caso, no obstante, porque primero que no votaría nunca a este partido y después porque no estoy empadronado en ese pueblo.
Pero 2 de estos regidores sí que los conozco a otro nivel, desgraciadamente, y toda la información que tengo es negativa. Por lo que respecta al primer caso, estamos hablando de un empresario del sector comercio al menor. Como empresario me parece desigual, porque en los tiempos que corren no me parece bien que tenga un margen de beneficio del 5000%, cuando los fabricantes del producto que comercializa son niños esclavos de la otra punta del planeta. Aparte como persona es arisca, arrogante e ignorante. Para acabarlo de arreglar, desde hace relativamente poco también se dedica a otro sector, supuestamente de manera altruista, lo que le ha llevado a actuar como político también en esta otra materia. Qué casualidad…
Y el peor de los 2 es el otro. En este caso estamos hablando de la persona que, directamente, administra las finanzas de este pueblo, y que por lo tanto es el responsable de cobrar y pagar. Pues bien, este político es un moroso del Estado y ha sido denunciado, en varias ocasiones, al gremio al cual pertenece como empresario. Varios proveedores le esperan en el juzgado para cobrar lo que les debe desde hace años. Pero es que para adobarlo del todo, este político también es el responsable de la seguridad cibernética del ente local que representa ¿Perdone? ¿Una persona que no sabe cómo funciona el correo electrónico ni tiene dominio web propio y sus trabajadores utilizan direcciones de correo personal tiene que ser el jefazo de la informática de toda la villa? No entiendo nada, pero nada de nada… Y, encima, este político es teniente de alcalde. Ahora sí que tengo miedo de verdad.
Pues sí, tengo mucho miedo por mi persona y por mi familia. Porque un teniente de alcalde puede ser (y de hecho lo es) el alcalde en funciones en cualquier momento. ¿Y entonces qué? ¿Eh? Cumpliendo las funciones del cargo, puede enviarte a la policía a tu casa y detenerte, con cualquier pretexto. ¿Y entonces qué, eh? Y lo puede hacer por venganza personal, es decir empresarial.
Pero yo no soy político, ahora mismo, pero no descarto serlo de aquí a 4 años. Porque ya ha quedado demostrado que cualquiera puede ser regidor en ciertas poblaciones de la provincia de Tarragona. Y yo no soy cualquiera. Yo soy muy buena persona y un excelente empresario. Sólo faltaría comprobar si sería eficiente como político. Tiempo al tiempo.
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