Manu Leguineche se da «mus»
Por Milly Sánchez , 23 enero, 2014
El padre de todos los reporteros de guerra ha muerto en una cama de hospital, en Madrid. Un hombre de paz que nació como siempre decía en la ciudad que dio el pistoletazo de salida a la II Guerra Mundial (Guernika). El periodista que creció con Miguel Delibes y cambió la España de los grises por el Vietnam de los Charlies. Vivió de cerca tantos conflictos bélicos que terminó por recogerse en La Alcarria, amparado por largas partidas de mus que casi siempre ganaba. Todo el que quiso se reportero recuerda su bigote y sus rizos viajando de Saigón, a la antigua URSS, pasando por la extinta Yugoslavia y quedándose hasta el final en lugares inhóspitos para seguir informando, siempre con una sonrisa socarrona y una objetividad a prueba de bombas.
Semanas antes de irse dijo: «estoy aquí para demostrar que todas las guerras se pierden». Pero que le quiten lo bailao’ y todas aquellas batallas que sí gano con mejor o peores cartas. Esta vez le tocó darse mus y descansar en «paz».
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