“Mare Of Easttown”: El virtuosismo de Kate Winslet
Por Emilio Calle , 6 junio, 2021
“Mare Of Easttown”, serie de HBO cuyo último capítulo se acaba de emitir, no parece guardar, en principio, nada que la hubiera hecho desmarcarse de tantos y tantos proyectos similares, cuyo germen ya es algo más que un lugar común. En Easttown, un pequeño pueblo de clase media asaeteado por las abisales consecuencias que llegaron con el ideario de Donald Trump, una adolescente es asesinada, lo que hace aún más aterradora la desaparición de otra muchacha un año antes, y cuyo cuerpo no ha sido encontrado. Y se despliegan los habituales resortes. El crimen levanta las alfombras de la perturbadora calma del lugar, cada personaje que aparece llega cubierto de misterios, el enigma hace que florezcan los sospechosos por doquier, las heridas que no se han cerrado se abren aún un poco más, y la turbiedad del suceso acaba por destilar un veneno que consume poco a poco a toda la población, obligada a enfrentarse a la inquietante luz que les aparta de la oscuridad donde permanecían aparentemente a salvo, a buen resguardo de tener que afrontar sus propios y aterradores secretos. Como la podredumbre que se descubre bajo la nieve cuando llega el calor, el asesinato pone al descubierto y en jaque a cuantos viven en Easttown. Y todo ello trazado y escrito con excelente pulso por su creador (y guionista) Brad Ingelsby, y dirigido con idéntica precisión por Craig Zobel (bregado en grandes títulos como “Westworld” o “The Lefovers”, lo que ya da una idea muy reveladora de su pericia como narrador en territorios muy complicados). Y aunque en lo que es el relato estrictamente policial no logra ni unifica su contundencia (incluso a veces sobrevuela los sinsabores de un torpe artificio), el estudio de los personajes, progresivamente certero y profundo, acaban por convertirla en una serie excepcional.
Aunque es preciso y obligado señalar que todo lo dicho se quedaría en bastante menos de no ser por la presencia, mucho más allá de lo fascinante, de su protagonista, Kate Winslet, arropada por un reparto contagiado de su excepcionalidad, y cuya interpretación desborda el término “genial”. Desde el primero hasta plano final de la serie (que por cierto, se acabó incluyendo por el criterio de la propia Winslet, quien también produce, ante la indecisión de los autores sobre si esa imagen debería ser la última que viese el espectador), la actriz ofrece un recital descarnado, sin fisuras, sin altibajos, sin maquillaje, sin imposturas, sin ni siquiera una brizna de aspavientos y sin apenas separarse de ese gesto que la define casi en cualquier circunstancia, propia o ajena, atrapada en un dolor que siempre se hace fuerte en su mirada. Herida y desolada, nos contagia en su desolado periplo moviéndose entre una soledad tan descarnada como implacable, al tiempo que en ningún momento se aparta de cuantos la rodean, sean los seres que ama o aquellos que la detestan. Detective del pueblo, que en su juventud pasó a ser heroína local al marcar un tanto decisivo en un partido de baloncesto, aferrada en todo momento a una coherencia y a una contención narrativa que en no pocas ocasiones te deja sin aliento, es quien atraviesa los infiernos que estallan por doquier, y lo hace incluso sabiendo que ella también está ardiendo por la fiereza de sus propios demonios. Si estamos frente a una serie fuera de lo común que podría haber sido una otra más sobre asesinatos, es por la valentía y la honestidad con la que Kate Winslet nos desafía plano a plano, secuencia a secuencia, siendo la amalgama del torrente de perturbación y horror que ha logrado que todo lo que parecía oculto salga a flote, incluso su mismísima desolación, tan amarga e incluso más que la de cualquier otro habitante de este pueblo.
“Mare Of Easttown” es Kate Winslet.
En estado puro.
Y no habrá forma de olvidar la honda humanidad con la que ha derrochado toda su alma para crear a este personaje, que aún la encumbra más en ese selecto grupo de las mejore actrices de la historia del cine.
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