Mass media, soberanía e invasión
Por Ignacio González Barbero , 8 marzo, 2014
Por Cristóbal Vergara Muñoz.
Aprovechando la tremenda crisis en la península de Crimea voy a tratar de establecer una reflexión de manera asequible y fácil de seguir sobre el concepto de soberanía, la manipulación de la opinión pública por los mass media y el secuestro de la democracia. Últimamente hemos venido viendo los hechos sucedidos en Ucrania y la respuesta del gobierno ruso de Vladimir Putin para obviamente defender sus intereses políticos (y por tanto económicos) en su propia zona de influencia. Como siempre nos encontramos a una opinión pública en nuestro país la cual recibe las informaciones filtradas y seleccionadas por las grandes agencias de prensa. Hace unos días, me topé en la televisión con una noticia sobre el ya muy visto vídeo de una marcha de los soldados ucranianos desarmados en un intento de reunirse con los soldados rusos. Lo que me pareció extremadamente curioso de la cuestión fue que según el canal de televisión que exponía la noticia, el contenido y la explicación del vídeo cambiaban. Desde una pequeña confusión de los soldados rusos, los cuales venían a ser “abrazados” por los soldados ucranianos hasta otra versión en la cual se advertía de la extrema violencia y terquedad de los soldados rusos bajo los cuales los soldados ucranianos estuvieron a punto de ser masacrados a tiros y fue milagroso que no hubiera muerto.
Este tipo de explicaciones televisivas creo que simple y llanamente constituyen no más que un hecho gracioso porque en realidad las imágenes dan mas o menos igual. Se puede interpretar lo que se quiera de ellas, igual que el gobierno de corte pro-Nazi que ha llegado a ostentar la soberanía ucraniana pues para muchos de nosotros en realidad las protestas han tenido un toque “pro europeo” y de defensa de la democracia. Así nos lo han vendido y así lo creemos. Nuestra realidad política y nuestras decisiones políticas (véase que en cuanto a nuestras decisiones me refiero a la única supuestamente legítima que tenemos, el voto) son el fruto de lo que los medios de comunicación han hecho con nosotros y nuestra conciencia. Igualmente podemos crear una noticia de un interminable corta y pega y agregarle los diálogos e ideas que queramos mientras el sentido común no delate que aquella información es falsa y esté basada en algo que si que tiene origen real. Nos topamos entonces continuamente con que los noticiarios son una mezcla de intereses que determinados poderes nos quieren inocular y se hace evidente que la democracia se torna entonces del color que los mass media nos dictan.
Perfecto ejemplo de lo anterior está siendo la cuestión ucraniana, Ucrania nos queda muy lejos a los españoles y de ella conocemos someramente su pasado soviético y poco más así que están “con los rusos esos”. Hace un par de días tuve la suerte de poder contar con la posibilidad de preguntar a un conjunto de algo más de una veintena de personas compañeras de una clase si pensaban que iban a llegar a ver la tercera guerra mundial. Las respuestas solo son una opinión y no aportan un dato estadístico fiable, sin embargo mas de la mitad de las personas me contestaron que probablemente viesen la tercera guerra mundial debido a la beligerante actitud de Rusia en el conflicto ucraniano.
Evidente es que Rusia ha llevado a cabo una invasión ilegítima de la península de Crimea para defender sus intereses en su zona de influencia. Y es interesante el juicio de la opinión pública occidental cuando escuchamos a Obama encandilarnos con un “Rusia no tiene legitimidad para invadir ningún país porque viola las leyes internacionales” cuando es el menos indicado para afirmarlo. Sin embargo, el rostro mustio de Vladimir Putin genera desconfianza entre muchos de nosotros de manera inmediata en lugar de la sonrisa de Obama, que es mas encantadora que sus operaciones militares en mas de medio mundo. Obviamente no estoy tratando de defender ni lo más mínimo la postura rusa pues no es mi interés en este artículo sin embargo únicamente quiero resaltar los prejuicios “democráticos” que todos tenemos y que nos han sido enseñados desde hace largo tiempo.
Puede que los ucranianos vean como secuestro de su soberanía y su sistema político su nuevo gobierno pronazi (del que hay sobradas pruebas a día de hoy que esto es así), sin embargo a nosotros desde Europa encontramos a Merkel y demás líderes de nuestra zona complacidos y defendiendo la “democratización” ucraniana. Pero ¿qué es esto de la soberanía? ¿Tenemos realmente derecho a decidir los pueblos dada la representatividad de nuestros parlamentos? ¿O hace ya mucho tiempo que la hemos perdido debido a la inexistencia de transparencia informativa? Para aclararlo y arrojar si cabe mas luces y sombras sobre este asunto he escogido unos texto del Leviatán de Thomas Hobbes:
“Para obtener la paz y la propia conservación, ha hecho un hombre artificial que nosotros llamamos república, así también ha creado cadenas artificiales, llamadas leyes civiles; ellos mismos [los hombres], mediante pactos mutuos las han soldado en un extremo a los labios de ese hombre o asamblea a quien concedieron poder soberano, y en el otro extremo a sus propios oídos”
“La soberanía es un alma artificial que da fuerza y movimiento al cuerpo entero.”
“El que carga con esta persona [República] se denomina soberano y se dice que posee poder soberano; cualquier otro es su súbdito.”
“El soberano de una república […] no está sometido a las leyes civiles. Pues teniendo poder para hacer y deshacer leyes, puede cuando quiere emanciparse de ese sometimiento suprimiendo las leyes que le incomodan”.
Estas definiciones nos pueden llevar a peligrosos rincones en los que nuestros soberanos pueden gozar de pura inmunidad para hacer y deshacer de acuerdo a sus intereses. El pueblo entonces parece contar cada vez menos y su derecho a decidir parece limitarse a ejercer de súbditos dependientes de las tribulaciones políticas de quienes ejercen el poder soberano. Puede entonces que el derecho de autodeterminación de la península de Crimea por ejemplo sea una mera consulta al pueblo a modo de “concesión” que le hace el poder a sus súbditos como su fuera una concesión o un regalo para que permanezcan tranquilos y sin protestar.
Bien sabido es que el pueblo nunca o casi nunca quiere guerras o conflicto y que la mayoría de las personas se contenta con que “le dejen vivir en paz” pero muchas veces esa paz de ve amenazada por el ego, la ambición y la intolerancia de los dirigentes de la soberanía que supuestamente hemos entregado. ¿Son las acciones políticas llevadas a cabo en el escenario internacional reflejo de la voluntad de los pueblos? Y lo que es más, ¿es la voluntad del pueblo ucraniano el que está decidiendo sobre su propio destino o mas bien está sujeto al juego del poder global? Me pregunto si realmente los ucranianos obran y deciden también según lo que realmente ocurre en su país o son presas de la manipulación informativa. Bastante tenemos nosotros y ellos intentando averiguar qué es lo que realmente ocurre y la verdad de la situación; mientras, las esferas políticas seguirán obrando.
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