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MUJERES CON PELOS EN LOS SOBACOS

Por David Alfaro Simón , 10 septiembre, 2017

Hemos tenido la oportunidad. Tan, tan cerca de amarrarla y la hemos desperdiciado. La industria de la estética ha estado viviendo (de puta madre) del complejo de las mujeres. Aprovecharon que estaban subyugadas por algunos hombres en particular y el patriarcado en general para crear un modelo inalcanzable, al cual solo podrían acercarse gastando mucho dinero. Debían ser delgadas, sin pelo alguno en el cuerpo, operadas, con senos perfectos, con dientes blancos (un color totalmente antinatural). Debían ser como no son. Evidentemente el feminismo y la liberación de la mujer no es de hace tres semanas, pero es ahora cuando internet y la formación de una generación de mujeres que empiezan a ser verdaderamente libres han ofrecido a toda la sociedad la posibilidad de ser iguales. Poco a poco lo vamos consiguiendo; pero en la estética hemos fallado. Ellas debían haber aprovechado la coyuntura (y nosotros apoyarlas) para cambiar el modelo, para poder tener barriga, cartucheras, pelos en las piernas, para poder ser naturales y huir del sufrimiento de quien quiere ser como no puede ser. Con la industria de la estética temblando, debieron darse cuenta en alguna reunión de que el ser humano es imbécil por naturaleza, seguramente porque tiene la posibilidad de razonar, precisamente por eso, porque la desaprovecha. Lo que han hecho ha sido expandir el modelo hacia los hombres, obligándoles a sentirse mal si tienen pelos en el pecho, en los muslos, incluso en los brazos. Ahora los chavales deben hacerse el láser, tener músculos, depilarse las cejas e incluso pasar por quirófano para ponerse abdominales falsos. Y eso se paga con dinero. Dinero que tienes que ganar con tu tiempo. Una oportunidad perdida de poder tener más tiempo y ser menos esclavos; de ser de verdad seres racionales.