Netanyahu: vivo o muerto

El fiscal de la Corte Penal Internacional ha dictado orden de búsqueda y captura por los delitos de crímenes contra la humanidad contra Yahya Sinwar, jefe de Hamás en Gaza; Ismael Haniye, líder político de Hamás en el exilio; Mohammed Diad Ibrahim, jefe del brazo militar de Hamás; Yoav Gallant, ministro de Defensa de Israel y Benjamín Netanyahu, su primer ministro, por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.

La orden de arresto de esos presuntos delincuentes israelíes llega un poco tarde, cuando las víctimas en esa atroz masacre desencadenada por los salvajes atentados de Hamás en suelo hebreo y la desproporcionada revancha contra la población gazatí se han cobrado más de 35.000 victimas mortales, en su mayor parte mujeres y niños, asesinados sin miramientos por el ejército de Israel, pero es una advertencia, aunque no tenga consecuencias reales (ni Israel ni Estados Unidos reconocen al TPI, tampoco Rusia ni China), de que la impunidad toca a su fin y de que, si los presuntos criminales son detenidos (no podrán salir de Israel o de Palestina bajo el temor de ser encarcelados) serán juzgados y seguramente condenados a altísimas penas de prisión como lo fueron los responsables de las atrocidades en la ex Yugoslavia que finalmente rindieron cuentas ante la Corte Internacional y purgan sus culpas en prisión.

Pocos dirigentes habrán hecho más por el desprestigio moral del estado de Israel que Benjamín Netanyahu, un dirigente inmoral y criminal que tiene enfrente a toda la comunidad internacional y sigue con su represalia sanguinaria contra una población inerme. Bueno sería que primero sea juzgado en Israel, por todas las causas que tiene pendientes por corrupción, y luego sea extraditado a La Haya para ser juzgado por el genocidio del pueblo palestino, pero mucho nos tememos que, para prolongar su agonía, la de Gaza sea una guerra interminable ya que su fin está ligado a la de su propia persona.

Ya han salido voces en Israel que acusan al TPI de nazi cuando Israel se envuelve en la bandera del Holocausto para perpetrar otro contra los palestinos de Gaza y Cisjordania. Antisemitas para los actuales gobernantes de extrema derecha de Israel son los integrantes de numerosas comunidades de judíos del mundo que se horrorizan con lo que se está perpetrando en su nombre. Con esta decisión del TPI se le va a indigestar aun más a Biden, muy cuestionado en su país, seguir enviando armas para que Israel continúe con su matanza indiscriminada.

Bueno sería que el gobierno de España, al mismo tiempo que reconoce al estado palestino, un reconocimiento teórico que no seria efectivo por estar ocupado militarmente por Israel que lo ha invadido, rompiera relaciones diplomáticas con el estado agresor y que su ejemplo cundiera para aislar a ese país que no cumple las leyes internacionales ni las resoluciones de la ONU desde hace décadas, y que desde la Unión Europea se implementaran sanciones económicas similares a las que se hicieron con Rusia tras la invasión de Ucrania. Es pedir peras al olmo, lo sé, pero la decisión del TPI, igualando a Netanyahu y su ministro de Defensa con los terroristas de Hamás, es un primer e importante paso en la buena dirección.

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