No a la vergüenza ONU, sí al orgullo gay

Justo cuando comienzan las fiestas del orgullo Gay, según una noticia aparecida hoy en el diario El País: “Uganda presidirá la Asamblea General de la ONU pese a su persecución a los gais”. En Uganda hay alrededor de 500.000 personas en situación de peligro porque sus deseos sexuales no se ajustan a las normas impuestas. Si bien es herencia del colonialismo lo que se llamó “sexo innatural” nada justifica que se mantengan estas leyes que son una vergüenza. Las instituciones tiene el deber de romper un sistema hipócrita que entra en conflicto con el progreso y los buenos propósitos que se quedan en gestos vacíos.

¿Qué sentido tienen estas naciones unidas hoy si aceptan leyes contrarias a los derechos humanos?
La ONU en su carta fundacional dice que quiere: preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra que dos veces durante nuestra vida ha infligido a la Humanidad sufrimientos indecibles, reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas…

La ONU debe cambiar sus principios o bien revisar a sus miembros, por nuestro bien me inclino por lo segundo, su Artículo 6 dice: Todo Miembro de las Naciones Unidas que haya violado repetidamente los Principios contenidos en esta Carta podrá ser expulsado de la Organización por la Asamblea General a recomendación del Consejo de Seguridad. ¿Cómo garantizar el cumplimiento de unos principios fundamentales si preside la organización un país que según este mismo artículo debería ser expulsado? Tal vez sirva para pedir internacionalmente a Uganda que anule leyes contra derecho. Y mientras que se busque a otro presidente, aunque hoy por hoy no se quien puede tirar el primer ladrillo es necesario medidas rápidas, estas Naciones Unidas (unidas para qué) dan miedo.