Noche grande en el Calderón
Por Carlos Carrascoso , 17 marzo, 2015
La noche del 25 de febrero, por una serie de razones que no vienen al caso, me encontraba en las inmediaciones del estadio Vicente Calderón pocas horas antes del partido de Leverkusen.
Ahí estaba el Calderón, inmóvil, sin saber la aciaga noche que le esperaba al Atlético de Madrid en Alemania. El encuentro en el BayArena fue un auténtico jarro de agua fría para los aficionados colchoneros y una seria advertencia a las aspiraciones europeas del club. El misil de Çalhanoğlu volaba por los aires la muralla de un equipo que mostró una de sus peores caras de la era Simeone.
Ahí estaba el Calderón, impertérrito, sin imaginarse que la debacle seguiría en Liga, que Madrid y Barça se quedarían a tiro del Atleti, pero que los de El Cholo irían repartiendo puntos por toda la geografía española. Sevilla, Valencia y Espanyol consiguieron sendos empates ante el Atlético. Así no se puede luchar por la Liga. Así no se defiende el tercer puesto.
Ahí estaba el Calderón, en silencio, como nos quedamos todos tras los goles de Bayer y Valencia. El mismo Vicente Calderón que ha visto las grandes hazañas de su equipo desde que se erigiera allá por 1966. Desde don Luis Aragonés, un Grande de España, hasta Antoine Griezmann. Cientos de partidos, miles de goles y cohortes de jugadores.
Griezmann celebra uno de sus goles en San Mamés.
Por encima de todo y de todos un sentimiento único e inexplicable que solo conocemos los aficionados del Atlético de Madrid. Hoy, miércoles 18 de marzo, el Calderón no está inmóvil ni impertérrito ni, por supuesto, silencioso. 20:45, atardece en Madrid, el sol se pone en el horizonte, los focos del estadio se encienden, los fieles acuden al templo. Millares de personas descienden por el Paseo de los Melancólicos como si se tratara de la última etapa de una peregrinación. Más de 50000 gargantas abarrotan el coliseo colchonero y arroparán a sus gladiadores. La gente cantando el himno a capella, coreando a sus jugadores, saltando y ondeando las bufandas al viento. Las gradas vibrando bajo los pies de los aficionados. Lo que decía, ni inmóvil, ni impertérrito, ni silencioso. El Calderón ruge una vez más.
Hoy no es un día cualquiera, hoy juega el Atlético de Madrid. Hoy se la juega el Atlético de Madrid. Enfrente el Bayer Leverkusen alemán. En juego el pase a los cuartos de final de la Champions League. Hoy se espera noche grande en el Calderón.
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