Ojalá los días no existieran… de verdad
Por Víctor F Correas , 8 octubre, 2015
Veamos: ocho de octubre. Según el Calendario Gregoriano, este día tampoco existió –y así seguimos desde el lunes pasado. El día quince todo volverá a la normalidad-, así que nada de lo que voy a relatar a continuación, nada, existió, ocurrió o sucedió. Nada.
Si eso fuera posible, que pudiéramos eliminar días del calendario como quien no quiere la cosa, en Liverpool se hubieran evitado el susto –por llamarlo suavemente- que se llevaron hoy hace cincuenta y ocho años, cuando se incendió el reactor de la planta nuclear de Windscale-Sellafield. Sí, Santa Bárbara tronó; lo de costumbre. Dieciséis horas duró el incendio, y la consiguiente fuga radiactiva fue de aúpa: un área de trescientos kilómetros cuadrados contaminada. Por fortuna nadie murió a pesar de las toneladas de partículas altamente contaminadas expulsadas a la atmósfera. Uno de los peores accidentes nucleares de la humanidad, en definitiva, cuyo informe fue silenciado por el primer ministro británico del momento, Harold Macmillan. Tenía coartada, que conste: temía que el incidente dañase el acuerdo de defensa nuclear entre su país y EE.UU. Político, qué se le va a hacer. ¡Ay, Calendario Gregoriano!
Claro que de no existir este día tampoco habría sido inaugurada la línea férrea entre Madrid y Lisboa, acontecimiento que tuvo lugar hace ciento treinta y cuatro años y que contó con la regia asistencia de Alfonso XII y Luis I por parte de España y Portugal, respectivamente; ni la ciudad de Peshtigo, en Wisconsin (EE.UU.), hubiera desaparecido pasto de las llamas hoy hace ciento cuarenta y cuatro años, incendio que costó la vida a más de mil personas y que arrasó cerca de quinientas mil hectáreas y otros dieciséis pueblos; ni hubiera comenzado el concilio ecuménico de Caledonia hoy hace mil quinientos sesenta y cuatro años, en el que se proclamaron las dos naturalezas de Jesucristo en una sola persona: la divina y la humana.
Y, ya por elucubrar, quien sabe, hasta seguiría vivo un médico rosarino al que sus ideas embarcaron en una lucha por la libertad que le acompañó hasta el final de sus días. O al menos no le habrían detenido en una selva de Bolivia tal día como hoy hace cuarenta y ocho años durante una escaramuza con un destacamento especial del ejército boliviano. Puede que las cosas hubieran sido distintas para Ernesto Guevara de la Serna. Más que nada por lo que le esperaba al día siguiente; que contaré, tranquilos.
Ni hubieran nacido Sirgouney Weaver -hoy hace sesenta y seis años-, Juan Domingo Perón -tres veces presidente de Argentina y fundador del movimiento que lleva su nombre, hoy hace ciento veinte- o José Cadalso, el autor de Cartas Marruecas, hace doscientos setenta y cuatro.
¡Joder con el dichoso calendario!
Sed buenos y felices si podéis… U os dejan 😉
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