Paisajes: Paciencia y esfuerzo, vociferan y dictan
Por Andrés Expósito , 19 abril, 2014
Mientras muchos jóvenes forjan y adaptan alas, con los utópicos y emborronados planos con los que Dédalo ensambló las suyas y las de Ícaro, hechas con plumas entrelazadas y unidas con cera, con la intención de abandonar esta cárcel social y económica en la que se hallan recluidos, y adentrarse esperanzados y cruzar la frontera, dejar atrás la inconclusa, atónita y frustrada situación laboral; por otro lado, en este desértico y desesperanzado hábitat nacional, las carroñeras y enfermizas aves rapaces que conforman el Actual Gobierno, conglomerados y escudados por el poder otorgado, inmunes y aforados, prosiguen inmutables con la frialdad e inhumanidad que les caracteriza, y proclaman en sus acorazados y narcisistas púlpitos: paciencia y esfuerzo.
La tenue luz que acompaña y notifica el sendero por el que transita actualmente el ciudadano, no otorga capacidad alguna ni alcance posible, para otear y posibilitar un ejercicio de búsqueda, lectura y comprensión, hoja tras hoja, bajo el muestrario de hambrunas y desahucios, dichas palabras: paciencia y esfuerzo. Y en menor grado, de quién, impúdico, ególatra y prófugo en sus promesas e insolvente en sus profecías, no para de exigir y exigir y exigir.
No solo asola al ciudadano el desgarro impúdico de la vergüenza social, de confrontar un techo hipotecado donde residir, o la misericordia de otros para que alcancen los desérticos estómagos de sus hijo y seres queridos, migajas y miserias, que nada consuelan, y es que, además, enrabietados, desgarrados y aburridos, asisten a las múltiples e incesantes noticias informativas de quienes transforman y desfalcan el paisaje político, económico y social. La desconfianza se asienta indefinible y perenne en la actitud y el pensamiento de los náufragos ciudadanos, que bastante tienen con consolidar su supervivencia, con reunir todas las posibilidades, juntarlas, y remar incansables para no quedar en la deriva en este inhumano e impúdico devenir económico y político.
Paciencia y esfuerzo, vociferan y dictan desde los púlpitos quienes se han atiborrado de escandalosos y cuantiosos desfalcos y dinero soterrado. Inmunes y aforados.
Ningún ladrón tiene derecho adquirido o nobleza certera y persuasiva, para mostrar y exigir, valores, educadas maneras, y para alardear con irrisoria presunción de haber logrado y alcanzado y conformado sus adinerados bolsillos, mediante el esfuerzo y la paciencia, y por ello exigírselo al ciudadano, cuando día tras día, queda cada vez más demostrado, pero sin el más leve perdón o reconocimiento de la indigna infracción, que los más grandes ladrones actuales, quebrantadores de la hegemonía social y económica, han abarrotado sus bolsas en condiciones fraudulentas y estafadoras.
Paciencia y esfuerzo, vociferan y dictan a los ciudadanos, para sacar adelante la estrafalaria y quejumbrosa economía de un país de la que ellos mismos, ególatras y mezquinos, se han aprovechado y han trasteado en sus mangas tramposas como el más astuto jugador de cartas, cientos de miles de millones. Y sin embargo, no habrán juicios, no habrán culpables, y los que haya, solo son culpables menores, cabezas de turco, dianas de segundo nivel. De los demás, solo quedarán testimonios y pruebas fehacientes y certeras de su culpabilidad en las portadas o en los artículos de los periódicos, o en las noticias o reportajes y documentales televisivos, y en la desazón y la rabia interminable de los ciudadanos, que atienden y observan estupefactos el conglomerado de desfachatez y delincuencia que proponen en cada uno de sus actos y tras de ellos, el Actual Gobierno.
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