Pilar Rahola, la Eduardo Inda catalana
Por José Luis Muñoz , 19 junio, 2019
Cada uno habla para su parroquia, o vocifera en el caso de estos dos personajes que parecen tan alejados pero están muy próximos. Los últimos exabruptos de la que cree hablar por boca del independentismo catalán, y le hace un flaquísimo favor, vienen a cuenta de la alcaldesa Ada Colau que ha revalidado su puesto gracias a los votos regalados (ese es el término justo) por el fichaje rana de Ciudadanos Manuel Valls que ya no forma parte del partido.
La escritora, periodista y musa independentista vociferó contra la alcaldesa (algunos energúmenos la insultaron durante su toma de posesión con los más rancios epítetos del lenguaje machista y patriarcal que persiste en algunas bases del independentismo y de las que seguramente abominan personajes tan respetados por mí como Jordi Cuixart o Jordi Sánchez). La frase que expelió la Rahola, toda una institución en TV3, en donde literalmente suele predicar un cuarto de hora sin interrupción ni derecho a réplica, como un cura desde su púlpito, fue este dardo contra la alcaldesa Colau a raíz de recibir los votos necesarios de Valls para ser investida: “La foto de un arribismo rastrero. Nunca más Ada Colau pongas el nombre de los presos políticos en tu boca. Los ensucias”. No sé qué tendrían que decir Jordi Cuixart y Jordi Sánchez a esa aseveración de la Rahola.
Un twit de Rosa Cañadell, activista social, sindicalista de la USTEC, el sindicato de la enseñanza y, sobre todo, buena amiga personal, ha puesto en su lugar a la vociferante portavoz de sí misma: “Madre mía, cada vez te pasas más. Ada Colau te da treinta vueltas en dignidad, educación, verdad y lucha. Aparte de cobrar por insultar, ¿qué has hecho tú por Cataluña, por mejorar la vida de los catalanes y catalanas?”
La Rahola se arroga la pureza del independentismo, tanto como ese salvador de la patria catalana, que inventó la financiación ilegal de su partido, y de su familia, se arrogaba la posesión de toda Cataluña sin que vaya a ser juzgado como no sea por el Padre Eterno cuando vaya a reunirse con él. Pilar Rahola es como los anuncios de la Sexta: cambio de canal o aprovecho para cenar (Fernando Trueba, dixit). Sus peroratas descalificadoras y su tono maleducado e insoportable, sin mesura ni rigor, puro bramido tabernario, denigran el movimiento independentista y la televisión pública que le da cobijo, la TV3. Lo suyo es tan periodismo basura, que sale de las entrañas, una deyección, como lo pueda ser el de su colega Eduardo Inda. Podrían ir ambos de la mano a Telecinco y crear un programa estrella y competir con islas, grandes hermanos y Belén Esteban. Estarían en su salsa.
Comentarios recientes