Plaga
Por José Luis Muñoz , 31 julio, 2015
El lenguaje traiciona, muchas veces, a los que lo utilizan. Hay momentos en que uno no puede someter a previo filtro las palabras que salen por su boca y éstas le juegan una mala pasada. María Dolores de Cospedal, hace unos meses, en un celebrado gesto de sinceridad, que fue reproducido en todos los medios, hablaba de los años de corrupción de su partido. Lapsus linguae se le suele denominar a ese tipo de accidente.
David Cameron, el atildado primer ministro británico, acaba de referirse, en un incuestionable momento de sinceridad que le honra como político, a las corrientes migratorias que arriban a su país, embarcando en el tren que atraviesa el estrecho de Calais, como plaga. Para Cameron, como para buena parte de los dirigentes de esta Europa que apesta a racismo y xenofobia, quienes huyen del hambre, la guerra y el horror son eso, una plaga. De detener a la plaga, que es lo que están haciendo los gobiernos de la Unión Europea invirtiendo una serie de recursos públicos para blindar el Mediterráneo, tarea imposible, se puede pasar, si aceptamos que esa gente es eso, una plaga, a exterminarla simple y llanamente. Se les extermina, de forma silenciosa, poniendo en sus camino una serie de cortapisas en forma de guardias costeras, concertinas en las vallas, futuros bombardeos de las flotas de barcos con los que cruzan esas personas sin nombre que van muriendo por el camino. Y mientras, los países a los que llega esa nube de langosta que nadie quiere, levantan muros en sus fronteras para impedir su paso, como lo está haciendo Hungría con la vecina Serbia.
Resulta paradójico, y sangrante, que el jefe del gobierno de un país como el Reino Unido, causante directo de ese éxodo humano del que se queja y que viene, en buena parte, de países que destruyó para convertirlos en estados fallidos, se refiera a los refugiados como plaga. El infausto, y criminal, Trío de las Azores, y el mosquetero Nicolas Sarkozy, son precisamente los responsables de todo este desastre humanitario. Esos seres humanos hacen lo que haríamos nosotros en su lugar, huir del horror de sus países, dinamitados por la estulticia de los gobernantes europeos, y buscar un mundo mejor para sobrevivir. Pero son una plaga. ¿Cuándo van a empezar a fumigarla?
Los emigrantes son los judíos del siglo XXI.
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