La marca Brasil juega el Mundial
Por Juliano Oscar Ortiz , 25 marzo, 2014
El Mundial de fútbol Brasil 2014 está a la vuelta de la esquina y bien se sabe que no solo desfilarán selecciones nacionales y jugadores de futbol. Las marcas comenzaron su mundial hace tiempo y para eso han destinado una considerable inversión.
Si hay una marca que se verá altamente visible será “Brasil”, el país sudamericano a sabiendas de esta gran oportunidad, destinó un millonario esfuerzo para posicionar su marca y seducir a los miles de empresas que buscan lugares donde invertir sus capitales.
La construcción y remodelación de estadios, aeropuertos, medios de transportes (quizás su punto más débil) y la red de comunicaciones son los ejes centrales de una política que demandará un presupuesto de alrededor de $20.600 millones de dólares. Eso significa una inversión global del 23% del PBI en el 2014. Un país de ciudades modernas, nada más alejado del país que retrataba el poeta brasileño Vinicius de Moraes cuando escribía que en sus parques se usaban cinturones de castidad, y todo era templo, colinas y mar.
Una cuestión de estado
Según Gabriela Aires Barroso y Keila Nicolau Mota del Instituto Federal de Educación, Ciencia y Tecnología de Ceará, Brasil, la marca Brasil viene desarrollándose en forma paulatina gracias a las políticas de los gobiernos de Lula da Silva y de Rousseff, y este Mundial de fútbol representará el pico más elevado para exponer a su país, ya que entienden que “las marcas surgen como un elemento esencial para promover los lugares que representan. Para cualquier lugar, desarrollar su marca y las marcas de los productos y servicios contenidos en él constituye una importante iniciativa; capaz de promover el turismo y los negocios realizados en el lugar, atraer inversiones directas e indirectas, facilitar la apertura de mercados para la exportación de productos, etc. Esto se debe a que las marcas aumentan sus funciones y sus medidas de valor, tanto en lo que respecta a la identificación y diferenciación del capital financiero, como al valor emotivo asociado con ellas”.
El gobierno de Brasil consciente de este potencial desea que el Mundial sea no solo un evento deportivo sino la posibilidad de mostrar su valor, identificarse con el desarrollo, mostrar la capacidad y el talento de sus directivos, la emoción y la cordialidad de su gente, el talento de sus profesionales y la seguridad de su economía. Ese valor es al que aspira este gigante abrirá sus fronteras a partir de junio.
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