¿Qué sucede en Guerrero (México)?
Por Andrés Expósito , 18 octubre, 2014
La lucha contra la opresión, contra el esclavismo pintarrajeado de Democracia, contra la violencia social y económica, contra las mafias y los despotismos que corroen toda posibilidad de equilibrio verdadero y laudable en cualquier entorno social, ha sido siempre inconclusa, imperecedera. Está ahí desde los inaugurales tiempos, y la historia nos recuerda una y otra vez como la especie humana ha sido muy fecunda en procrear y cultivar dichos hábitat. Pero el presente de los sucesos, mientras acontecen, y esto también nos lo han mostrado los rastros subliminales en el recorrido por la historia, la información de lo que acontece, de la “supuesta” realidad de lo sucedido, viene predispuesta, entramada y tejida por el poder, por el opresor, por quién compone los trazos y las líneas para elucubrar otra realidad paralela, por quién, lamentablemente, marca la desinformación.
El rumor ciudadano de quienes pueblan y habitan constantemente en la zona de Guerrero (México), ósea sus propios habitantes, nos expone y documenta otra realidad sobre lo sucedido con los estudiantes desaparecidos en Iguala, que en nada compone lo informado por las autoridades e informaciones policiales, y teniendo en cuenta la cantidad de estos que han sido detenidos en las últimas semanas por la implicación con los narcos, la duda sobrevuela aún más sobre los datos y las notificaciones oficiales a los noticieros, telediarios o periódicos, y la palabra y la queja de quienes recorren día a día, paso a paso, con la incertidumbre y la rabia como compañeros, se hace fuerte, y una vez más, verdad, santo y seña, muestran una realidad inhumana y deleznable. Las fosas encontradas, dicen, así como los cadáveres, son otra trama y otra invención de quienes mandan. Han sido secuestrados, torturados y calcinados indigentes de otras zonas, y utilizados para forjar un montaje, que en otras ocasiones ha dado resultado, y que en este caso, debido a la expansión nacional e internacional de lo sucedido, parece abaratar y deshacer la credulidad de tanto embuste. Quién manda sigue estando ahí, sosteniendo los hilos. Los pasos siguientes ya se verán, alguien tendrá que ser usado para que quede señalado como culpable, alguien, con toda seguridad no serán los verdaderos culpables.
El tiempo inexorable extiende su maraña, y los días, puede, traigan el olvido, mientras no se provea otra notificación que, “Estamos trabajando en el asunto…” Entonces, como en otras ocasiones, la victoria se pondrá del lado de los culpables.
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