¿Quién teme al Conde Drácula?
Por María J. Pérez , 12 junio, 2015
Uno de los muchos recuerdos que guardo de mi niñez es la terrorífica noche que sufrí cuando sólo tenía seis o siete años después de haber visto mi primera película de miedo a escondidas de mis padres.
No recuerdo exactamente cuál de todos los filmes del Conde Drácula fue el causante, pero sí con absoluta certeza al protagonista de la cinta y de mis pesadillas: Christopher Lee.
Me acuerdo de esa noche oscura y tenebrosa como si fuera ayer. Una sábana enroscada a mi cuello, por si el vampiro atacaba de nuevo, daba fe del terror nocturno experimentado en aquel momento y que ha pervivido en mi memoria. Esos colmillos relucientes y afilados destellaban a la vez que atravesaban las más delicadas yugulares de féminas indefensas y dejaban constancia de lo efímera de la vida terrenal para vivir en otras formas adversas y abyectas de resurrección infernal.
Pero como todo en esta vida tiene su fin y ya nada he de temer. Y si bien la criatura mítica vive en la inmortalidad, el artista ha abandonado la escena con casi un siglo (93 años) por un fallo respiratorio y no, como reza la leyenda, por una estaca clavada en su corazón.
Pese a que ha pasado a la historia por este personaje, el primer papel que obtuvo fue por otro conocido monstruo: Frakestein, dirigida por Terence Fisher.
Otro de las actuaciones en la carrera de Lee fue la de Sherlock Holmes. En algunas ocasiones interpretó al detective, en otras, como en la cinta dirigida por Billy Wilder, a Mycroft en “La vida privada de Sherlock Holmes”.
Y es que aunque Christopher Lee será siempre el sempiterno Conde Drácula no dejó de trabajar hasta su muerte en el cine con películas como “Sleepy Hollow”, “Charlie y la fábrica de chocolate” o “La Novia Cadáver”, con pequeños papeles de la mano de Tim Burton, admirador de las películas de terror y por supuesto de Christopher Lee.
A pesar de toda su extensa filmografía, que también cuenta con sagas como las de James Bond, El Señor de los Anillos y El Hobbitt, la obra maestra que encumbró al actor es el famoso depredador chupasangre y que mucho tiene que ver con su fisonomía. Esa peculiar expresión facial alargada y su estatura de casi dos metros dio lugar a ese ejercicio magistral de interpretación.
Un gran artista cuyas interpretaciones fueron tan excepcionales y contundentes que transmitió como pocos la fuerza de un personaje verdaderamente aterrador.
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