Reflexionemos
Por José Luis Muñoz , 22 mayo, 2015
Reflexionemos, por favor. Reflexionemos sobre las declaraciones de Esperanza Aguirre acerca de que si gana Podemos se acaba la democracia, o España se convierte en un país bolivariano, que es algo que ella ni piensa ni cree pero dice para su electorado, porque se le supone inteligencia, y resulta paradójico que lo diga precisamente el día en que se aprueba la ley mordaza, un sucedáneo de ley franquista que nos atenaza, que esa sí que acaba con muchas de nuestras libertades y castiga con multas de 30.000 euros a los que se resistan a ser desahuciados de sus casas y 600.000 por manifestarse, entre otras lindezas, así es que quien recorta libertades, y muchas, es precisamente el partido que asusta con que las perderemos si votamos a determinada formación política. No, ya las hemos perdido con ustedes, Esperanza Aguirre.
Reflexionemos, por favor. Reflexionemos. Cuando doña Esperanza Aguirre le espetó en Telemadrid al candidato Antonio Carmona del PSOE que ganaba mucho dinero y era rico cuando ella ganaba exactamente tres veces más y cogía un enorme cabreo después porque se filtraba su declaración de renta que debería haber hecho pública porque aspira a gobernar una ciudad, y la sociedad exige transparencia absoluta a sus políticos y saber cómo se ganan la vida, y doña Esperanza Aguirre se la gana, pero que muy bien, cazando talentos en la empresa privada como lo hizo en la empresa pública. ¿A qué talento ha cazado para que le paguen tanto? Eso me recuerda a Rodrigo Rato que le premiaron por hundir Bankia con un alto cargo en otra entidad bancaria.
Reflexionemos sobre las chanzas de esta señora sobre los quesos de su marido, buenísimos, las subvenciones públicas que recibe y lo bien que se venden en el Congreso de los Diputados. Reflexionemos sobre su habilidad para huir de las autoridades cuando la pescan cometiendo una infracción de tráfico de la que todavía no ha rendido cuentas quien aspira a presidir el ayuntamiento y ser la jefa de esos guardias que la multaron y persiguieron.
Dejemos Madrid y vayamos a Valencia. Reflexionemos sobre doña Rita Barberá, alias Caloret, cuyo conocimiento del valenciano es impecable, a quien Mariano Rajoy arropó en su mitin en la plaza de toros de Valencia pasando por alto que la fiscalía la está investigando por los gintonics, whiskies, ostras, jamón de jabugo, langostas, hoteles de lujo, etc. etc. que esa buena señora a la que le va la buena vida y tiene buen paladar y estómago se ha pagado, presuntamente, con los fondos públicos de su ayuntamiento. Siga viviendo a todo trapo, señora Rita Barberá, pero con el dinero de los billeteros de sus bolsos Vuitton que le regaló El Bigotes.
En nuestras manos está en que esos epicentros de la corrupción del PP, esas dos ciudades llamadas Madrid y Barcelona en donde todo huele a podrido, se barra a fondo, se haga limpieza, se sacudan las alfombras y se empiece a respirar aire puro con gente honrada.
Reflexionemos, por favor.
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