Reivindicaciones de los actores, verdades a voces
Por María J. Pérez , 27 febrero, 2015
Es habitual la implicación de personajes públicos en campañas relacionadas con el medio ambiente, benéficas o políticas, entre otras, como garantes de que sus acciones no caen en saco roto al favorecer su publicidad para que otros sigan los mismos pasos.
Es conocida la actividad de Angelina Jolie como Embajadora de Buena Voluntad de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR) o la de la cantante Shakira a través de la Fundación Pies Descalzos, encaminada a la escolarización de niños en su país natal, al igual que la de otros muchos que son cada vez más conscientes de que su situación les convierte en portavoces de las dramáticas situaciones que desgraciadamente ocurren en el mundo.
Las galas de los premios cinematográficos siempre han sido un escenario proclive para denunciar a los cuatro vientos todo tipo de injusticia social, política y de cualquier otra índole, como son en nuestro país los Goya y la constante del IVA cultural durante estos tres años desde que entró en vigor la subida, con denuncias por parte de productores, actores y músicos, además de los espectadores.
Como viene también siendo habitual, en la celebración de los premios Oscar, los discursos de los galardonados tienen en muchas ocasiones un tinte reivindicativo que van desde reclamaciones conciliadoras y muy acertadas como la de Patricia Arquette respecto a la igualdad de salarios entre hombres y mujeres en el cine, extrapolable a las demás profesiones y ovacionada sin recato por Meryl Streep, hasta otras más polémicas por su forma -no por su contenido- como las de Sean Penn.
Al margen de la controversia que suscitaron los comentarios de Sean Penn al entregar el Oscar a su buen amigo Alejandro Iñárritu, al mejor director por “Birdman”, con quien tuvo la oportunidad de trabajar en la cinta 21 gramos en 2003, no deja por ello de tener nada de trivial.
Y es que la pregunta del actor estadounidense: “¿Quién diablos le dio una “Green Card” (permiso de residencia) a este hijo de perra?” bromeando sobre la situación migratoria del cineasta mexicano, obtuvo diferentes reacciones adversas, recalcada si bien con más sutileza por Iñárritu al recoger su merecido trofeo: “Y para los que viven en este país y son parte de la última generación de inmigrantes, sólo rezo por que sean tratados con la misma dignidad y respeto que tuvieron los que vinieron antes y construyeron esta increíble nación de inmigrantes”.
Menos locuaces, pero no por ello menos contundentes, fueron las palabras de Julien Moore y el protagonista de “La teoría del todo”, Eddie Redmayne, cuando realizaron su particular llamada de atención a los políticos para que se tenga en cuenta este tipo de enfermedades en sus programas sociales, y que han vivido, aunque ficticiamente, a través de sus extraordinarias interpretaciones, por las que se solidarizan con el sufrimiento humano de las que las padecen y el sentir de las familias que las comparten.
Son buenos escenarios los del mundo cinematográfico para proclamar a voces lo que otros callan. Por lo menos, si bien de oficio actores o relacionados con el mundo de la interpretación, lo que dicen es de verdad.
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