Portada » Pensamiento » Rompiendo las barreras internas

Rompiendo las barreras internas

Por Raquel Ortiz Bolfán , 30 marzo, 2025

 

Podría explicarte muchísimas aventuras… pero de nada sirve que volvamos a ayer, porque yo era una persona diferente.

¿Por qué decimos sí cuando en realidad queremos decir no? ¿Cuántas veces afirmamos o negamos algo ignorando lo que realmente queremos?

¿Os sentís identificados con estas expresiones?

“Es imposible que pueda con esto” … “No tengo la capacidad para hacerlo” … “No soy lo suficientemente bueno para lograrlo” …” No me lo merezco” …; o también… “Ya estoy bien así” … “Ya me va bien” …” Me tengo que conformar” … “Si es así será por algo” …

Poner estos límites simplemente por el qué dirán, por el abandono, la soledad, la crítica, el rechazo, lo cánones, o por quedar bien, es esconderse de la realidad de tu propio MIEDO. Y este mecanismo ocurre a diario en todos los aspectos de nuestra vida, en lo laboral, en lo personal, en lo social, en lo emocional e incluso en el amor. Parece que tenemos la habilidad para ponernos barreras y límites en todo lo que se cruza en nuestro camino, tal vez porque nos resulta más sencillo que enfrentarnos a la verdad.

Cuando se plantean decisiones en nuestras vidas, nuestra parte más racional, siempre acaba apareciendo y puede convertirse en un auténtico campo de batalla. En el momento que nuestras elecciones entran en conflicto con nuestros deseos, es porque hay algo de lo que teníamos que ya no está funcionando, aunque lo queramos disfrazar con excusas o explicaciones. Somos nuestros propios bloqueadores, no buscamos opciones, sino razones para no llevar a cabo la transformación y nos cuesta adaptarnos a todo lo que es desconocido, aunque lo anhelemos. Lo que es importante entender, es que para que se produzca un cambio, o para avanzar en algo desconocido, SIEMPRE tenemos que pagar un peaje. Y nadie dijo que el camino de A para llegar a B tenía que ser recto, de hecho, no hay ningún camino en la vida que sea así.

Graham Bell, inventor del teléfono, inició con sus primeras pruebas en el 1870, su idea principal se basaba en transmitir sonido a través de señales eléctricas. Estuvo 6 años experimentando y perfeccionando su sistema con dispositivos, hasta que en el 1876 logró transmitir su primera frase inteligible. ¿Os imagináis cuántas pruebas tuvo que realizar y cuánto material tuvo que desechar? Seguramente estaría derrotado por sus intentos fallidos. ¿Qué hubiera pasado si se hubiera rendido? ¿Somos hoy en día capaces de esperar 6 años para lograr lo que deseamos, es evidente no?

Nosotros mismos nos vamos poniendo barreras en el camino, porque nuestra mente racional, prefiere lo familiar a lo incierto, ya que se siente más cómoda en su zona de confort. Se aferra a los recuerdos positivos del pasado y los magnifica para convencernos de que no debemos realizar ningún cambio, puesto que se siente más segura con lo que controla que con lo que no, aunque sepa que lo desconocido pueda llegar a ser mejor, pero ¿para que esforzarse no?

¿Tenemos voluntad y responsabilidad? Creo que la respuesta es clara, entonces no critiquemos, ni reclamemos, cuando ni tan solo lo intentamos. ¿Hay alguna fórmula para poder romper nuestras barreras? Por supuesto que sí, la mente se puede entrenar, igual que lo hacemos en cualquier de nuestros aprendizajes. ¿O somos los mismos en la actualidad que hace 10 años? Ni tan solo somos iguales que ayer, aunque no lo hayamos notado.

La inestabilidad o inconformismo proviene de resistirnos a sentir lo que ya está dentro de nosotros.  

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.