Se prohíbe mantener afectos desmedidos en la puerta de la pensión – de Mamen Sánchez
Por Begoña Caballero , 6 noviembre, 2014
Se prohíbe mantener afectos desmedidos en la puerta de la pensión de Mamen Sánchez – imagen by Editorial Espasa
Una divertida novela en la que, una vez más, Mamen Sánchez, autora de otros libros como “La felicidad es un té contigo” o “Juego de damas”, vuelve a hacer gala de su maestría en hacer que las risas sean la gran constante a lo largo de la lectura de “Se prohíbe mantener afectos desmedidos en la puerta de la pensión” (un título tan largo como curioso).
Una historia en la que Cecilia, tras divorciarse de su marido y a pesar de no encontrarse en un buen momento anímicamente, decide emprender una nueva aventura como empresaria adecentando la casona de sus abuelos, situado a la ribera del Manzanares, para abrir una pensión para señoritas. Un lugar en el que se hospedan tres jovencitas muy diferentes entre sí, con dispares formas de ver la vida así como intereses opuestos y que hacen que los días de Cecilia sean de todo menos aburridos y monótonos, alejándola de la depresión que puede causar “el momento de extinguir la sociedad de gananciales”.
Ficha técnica:
Autora: Mamen Sánchez
Editorial: Espasa
Género: Narrativa
Longitud: 302
Año de publicación: Octubre 2014
ISBN: 978-84-670-4191-0
Argumento de Se prohíbe mantener afectos desmedidos en la puerta de la pensión
Cecilia es una mujer cuarentañera a la que la fortuna le ha acompañado en el terreno profesional al trabajar en un reputado despacho de abogados en el que “el éxito se mide por la ropa de firma o la marca del reloj que se lleva”, pero a la que ha abandonado en el terreno familiar y sentimental al no haber llegado a ser madre en los doce años que ha durado su matrimonio y al verse reemplazada por otra que utiliza “medias de rejilla” y que se ha adueñado no solo de su marido sino también de su propia cama.
Y como es normal en estos casos, llega el divorcio acompañado de un acuerdo (que no siempre es así de fácil pero en el caso de Cecilia si) con el pájaro de su marido y, a partir de ahí, la depresión comienza a hacer su mágica aparición convenciéndola de que tiene que cambiar, olvidándose de ser la mujer coqueta que siempre ha sido y haciéndola “parecer una monja vestida de civil”, a la que empiezan a gustarle los mocasines, relegando a un lado sus adorados tacones y dejándose conquistar por las temibles canas, propias de la edad, sin oponer resistencia alguna.
Consciente de que necesita un cambio de aires, decide ir a la casa que tantos gratos y mágicos recuerdos le trae y, una vez allí, toma una decisión que hará que su vida dé un inesperado giro y con la que sus días, semanas y fines de semana se convertirán en todo menos aburridos. Se embarca en la aventura de acondicionar la casa de sus maravillosos abuelos y abrir una pensión para jóvenes estudiantes.
Tras muchos acuerdos y desacuerdos con el más “insensible e inhumano” constructor Andrés Leal, “la pensión más bonita del mundo” abre sus puertas a la romántica Noelia, a la divertida y alocada Catalina o a la despampanante Ivana y en la que otros como el keniata sin papeles Justice o la recién llegada de tierras germanas Azucena, conviven día a día con sus disparatadas aventuras y desventuras mientras se van incumpliendo las reglas impuestas por Cecilia.
Opinión personal sobre Se prohíbe mantener afectos desmedidos en la puerta de la pensión
Se trata de una novela fresca y original en la que el sentido del humor es la eterna constante desde la primera página consiguiendo, y creo que con gran maestría, arrancarnos grandes risotadas con algunos de los comentarios o formas de ser de algunos de los personajes.
Esta novela se caracteriza por su fácil lectura, por diálogos muy logrados, por unos personajes dispares pero a la vez muy reales y por una historia que poco a poco acaba despertando el interés logrando enganchar por completo al lector. Además, la autora ha conseguido sacar la parte positiva de todo, incluso de momentos que, quizás en la vida real, pueden resultar complicados y eso lo hace más interesante si cabe. No se sabe si consciente o inconscientemente o porque haya surgido así pero se aprecian claramente una serie de valores como la bondad y humanidad, como cuando Cecilia decide que Justice se queda en la casa, el cariño, que al final se van cogiendo los personajes, o la ternura que se desprende al hablar de sus cariñosos abuelos y que en frases como “la abuelita Teresa le habría ahogado en tisanas hirviendo y el abuelito Miguel le habría atormentado con sus historias atropelladas sobre su juventud en el Secarral…” se hace más patente si cabe y humaniza a los personajes sintiéndonos reflejados en ellos Y recordándonos a nuestros propios abuelos.
Las descripciones están muy hechas y hay momentos en los que se palpa lo que el personaje siente con claros ejemplos como “triste, enfadad, dolida, angustiada, irritable, decaída, humillante”, consiguiendo hacer revivir esas mismas sensaciones en el lector.
Los personajes están perfilados correctamente y son muy reales, habiendo de todas las clases, personalidades y tipos, como en botica: tímidos y que parece que vayan a romperse, locuaces y con ideas alocadas, miedosos, trabajadores, brutos, sensibles…
En cuanto a la protagonista, se nota la progresión de Cecilia y cómo poco a poco pasa de estar deprimida a ser ella misma gracias a todo lo que está viviendo a su alrededor. Circunstancias muy verdaderas que como en la vida misma, manteniendo la cabeza ocupada y sobre todo con el tiempo, al final todo vuelven a su ser.
Un libro más que recomendable para todos aquellos que necesitan una dosis de positivismo así como echarse unas carcajadas y olvidarse de todo los problemas y quebraderos de cabeza o simplemente quieran leer algo diferente, además de inspirador, al menos para mí.
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