Sergio Guinot, un editor en el filo
Por Redacción , 27 marzo, 2014
POR ALONSO BARÁN
Llevaba tiempo queriendo entrevistar a un editor de literatura porque es una figura en el mundo intelectual que todos conocemos, pero de la que se tienen opiniones encontradas. Para los escritores el editor es oportunidad, jefe o monstruo despiadado, dependiendo del punto en el que se encuentre su relación profesional. Para el lector, un editor es alguien que “manda mucho” en una editorial, pero en realidad no es el que más manda, pues es el lector, ya que el público es soberano. En mi caso, debo decir que he tenido la suerte de entrevistar a Sergio Guinot, de Divalentis Editorial, un editor diferente.
Hola, Sergio. Gracias por atenderme.
Gracias a ti, Alonso.
¿Qué es lo más duro de la profesión de editor?
Mucho más que los grandes esfuerzos de noches y noches sin dormir para poder sacar un título (que al final, una vez has conseguido tener el libro en la mano, se convierte en gratificante), lo más duro es trabajar en un mundo de lobos, donde aquel al que le has dado mil, puede intentar destruirte si un día no puedes darle diez. Como en todos los ámbitos empresariales hay gente que trata de utilizarte cuando cree que te puede sacar partido y que intentará pisotearte cuando no seas su mejor opción. Yo trato de rodearme de gente con una fibra moral sólida, que sepan que cuando comentes un error (cosa que ocurre a menudo cuando tienes que hacer muchas cosas muy rápido), en realidad tenías la mejor intención y vas a poner todo lo que está en tu mano para resolverlo. Siempre recibes algún zarpazo, pero la interacción con la gente buena que encuentras en el camino es lo que lo compensa todo.
Crisis, descargas ilegales, ¿cómo ves el futuro editorial?
El futuro es muy difícil si no nos reinventamos. La pregunta es «¿Reinventarnos en qué?». Todo el sector editorial está tratando de encontrar la respuesta, pero de momento nadie la ha encontrado. En el panorama actual están los que aún funcionan, que sin duda viven de las ventas en papel y con las herramientas de toda la vida porque aún tienen algo de mercado, y los que han tenido que cerrar o están en situación de hacerlo. En todo caso, si estás en marcha hay que adornarse con un poco de tecnología de ultima generación, para hacer ver que estás al día, pero esto supone un coste, no un ingreso. La mentalidad española es todavía «si lo bajo de internet debe ser gratis». El futuro es digital, sin duda, pero cuando tanto los usuarios como las empresas se mentalicen de que debe haber un equilibrio entre contenidos gratuitos y contenidos de pago, se podrá vivir de ese tipo de productos. Para eso, evidentemente, antes de que exista esa mentalización hay que salir de la crisis. Si no hay capacidad económica para elegir entre el contenido gratuito (más sencillo) y el de pago (más completo), no tiene sentido mucho sentido financiar los contenidos virtuales complejos.
Yo soy de la opinión de que el Gobierno no hace todo lo necesario para luchar contra las descargas ilegales. ¿Te has creado alguna opinión de porqué los poderes públicos no hacen más?
¡Uf! Ese es un tema un tanto desagradable. Aquí viene muy bien el juego de completar la frase. «El gobierno no hace nada por el sector _____________ porque está muy ocupado favoreciendo a _______________». Es genial, porque vale para casi todo.
Ahora nos encontramos en un boom de la novela romántica, ¿qué opinión tienes al respecto? ¿Durará mucho o es una como una camiseta de moda?
La novela romántica siempre a tenido mucho público. Hay épocas en la que la opinión públicas es consciente y otras en la que lo ignora (o hace como que lo ignora). Hay épocas en que las editoriales las enseñan a los cuatro vientos y otras que parece que las publiquen de estraperlo, pero suele coincidir con el hecho de que hayan una o dos novelas destacadas de ese género en el top 100. Pero el sustrato que hay por debajo es bastante constante desde hace mucho tiempo. Ahora el sector, como todos, está golpeado por la crisis, claro.
Por cada libro que tiene éxito, ¿cuántos no lo tienen?
Siempre a nivel de editoriales pequeñas, por cada libro exitoso que sale al mercado pueden haber miles que no lo son.
Sé que Divalentis organiza un certamen literario, que este año se llama 152 Rosas Blancas, para buscar autores nóveles y que el premio es la publicación de una novela. Según lo que acabas de contarme, ¿no es una locura apostar por nuevos talentos?
Bueno, nosotros planteamos el certamen como un intercambio de energía que suele ser muy satisfactorio. A nosotros nos permite conocer a gran cantidad de autores y con muchos de ellos se producen interacciones duraderas. Aparte de la ganadora del primer Certamen Divalentis, Mara Oliver, otros cuatro autores de entre los seleccionados ya han firmado un contrato con Divalentis, con varios estamos en conversaciones que están cerca de cristalizar, pero además, un 30% de los seleccionados en el primer certamen publicaron o firmaron un contrato de publicación con otras editoriales en 2013. Es bonito ver que el certamen ha servido de impulso para todos esos autores. Al menos, eso es lo que ellos nos comentan.
Qué consejo le das a alguien que quiera ser escritor o que sea un escritor novel?
Uno, que recuerde que tener una idea no quiere decir que sea buena. Dos, que aprenda a ser autocrítico con su trabajo. Tres, que se rodee de buena gente que sepa más que él. Estar rodeado de gente que sabe menos que uno mismo no tiene ningún sentido más allá de la autocomplacencia.
Te iba a pedir que recomendases algún libro que te haya gustado, pero como editor estás en la obligación de recomendar los de tu editorial. Así que, recomienda un par de libros de Divalentis a los lectores.
Eso es como preguntar a un padre cual de sus hijos es más guapo. Nuestra web es www. divalentis.es
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