¿Serías capaz de vivir sin tu ‘smartphone’?
Por Ana Domínguez , 13 mayo, 2014
¿Recuerdas cómo era eso de esperar a alguien en una cafetería y mirar por la ventana para “hacer tiempo”? ¿Recuerdas cómo era la sensación de descolgar el teléfono fijo de tu casa para llamar a la chica que te gustaba? O quizá recuerdes cómo era eso de ir en el Metro mirando las caras a los que se sentaban a tu lado, o leer el libro que llevaban en sus manos a la par que ellos.
Es probable que ya no evoques esos pensamientos o que, simplemente, sean experiencias que nunca hayas vivido. En ambos casos, el culpable es el mismo: tu ‘smartphone’, ese ser que ha pasado a ser el protagonista de nuestras vidas; esa pantalla que parece haberse convertido en una extremidad más de nuestro cuerpo.
El ‘smartphone’, ese amante en el que pensamos antes de acostarnos y al que buscamos con ansia nada más levantarnos. Sin duda el ‘smartphone’ ha cambiado nuestras vidas, las ha hecho más cómodas, nos ahorra tiempo y nos mantiene cerca de amigos y familiares a un solo clic. Era inimaginable hace apenas una década que dejaríamos de enviar SMS y de hacer “llamadas perdidas”, algo que ya creíamos toda una revolución.
Pero eso no era nada comparado a todo lo que nos esperaba. Un mundo entero a través de una pequeña pantalla, capaz de caber en nuestro bolsillo. Pero, ¿hemos perdido valores o costumbres desde el boom del ‘smartphone’? Es posible que hayamos dejado de apreciar los pequeños detalles del día a día, de prestarle atención a la cotidianeidad que pasa ante nosotros sin dejar rastro.
Quizá deberíamos preguntarnos cuánto tiempo hace que no visitamos a un amigo en vez de enviarle un WhatsApp, o cuánto hace que no miramos a los ojos a los que viajan a nuestro lado en el Metro o cuándo, simplemente, fue la última vez que cenamos con nuestra pareja y no enviamos un solo ‘tuit’ en toda la noche.
Sigamos siendo los protagonistas de nuestras vidas, sigamos mirando por la ventana en esa cafetería mientras esperamos nuestra cita, sigamos siendo esas personas cercanas antes de que llegaran a nuestras vidas los ‘retuits’ y los emoticonos. Dejemos que la tecnología nos facilite la vida, pero que no nos absorba y nos nuble la verdadera esencia de captar los detalles con nuestros cinco sentidos.
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