Sin periodistas no hay periodismo
Por Alicia Ibarra Gámez , 25 enero, 2014
Ayer fue el día de San Francisco de Sales, patrono de escritores y periodistas. Lo lógico sería hablar de lo necesario que son los periodistas en el mundo, en las guerras o en las democracias. Sin embargo, considero más interesante hablar de aquello que se olvida con suma facilidad cuando entran en juego los intereses comerciales: defender la profesión periodística y publicar buena información.
Todos los profesionales de nuestro país han salido a la calle en los últimos años para protestar por sus condiciones laborales, para reivindicar sus derechos y para concienciar a la gente de lo importante que es su profesión. Algunos ejemplos de ello son los médicos en la sanidad pública, los bomberos en los servicios al ciudadano o los profesores en defensa de la educación pública y de calidad. Pero, ¿dónde están los periodistas que reivindican la eliminación de las ruedas de prensa sin preguntas o el derecho a la información del ciudadano? Sencillamente no están. Y si están no es en la calle, sino en las tertulias televisadas con corbata y demagogia.
La Secretaría de Estado de Comunicación rompió, en diciembre de 2013, el pacto de más de una década con los periodistas, reservándose así la decisión de elegir qué medios preguntan al Presidente del Gobierno y creando lo que comúnmente se ha llamado “ley mordaza”. Pero no ha sido el único escándalo. Meses antes Mariano Rajoy se había ido a ver jugar a la Selección Española de Fútbol sin dar ninguna explicación lógica a la prensa ni al país sobre el Caso Bárcenas. Por no hablar de la famosa rueda de prensa, de febrero de 2013, en la que todos los periodistas estaban recluidos en una sala oyendo las declaraciones del presidente a través de un plasma; sí, grabando las declaraciones directamente del plasma.
Tampoco sería justo no hablar de las cosas que los periodistas han hecho bien. Hablo del Manifiesto contra las ruedas de prensa sin preguntas que firmaron en 2011 unas 10.000 personas y unos 60 medios de comunicación, junto a la FAPE y la APM, para protestar contra la situación que vivían los periodistas en las ruedas de prensa. Pero, ¿de qué ha servido? ¿Acaso ha sido suficiente? La respuesta es no. Y como he demostrado en el párrafo anterior, no sólo no han mejorado las condiciones laborales de los periodistas desde 2011 hasta ahora, sino que han empeorado.
Hace falta un puñetazo en la mesa, una manifestación o una clara intención de querer cambiar las cosas, porque como hemos visto, de nada sirve “quejarse en el bar” de todo lo que está pasando. ¿Cómo vamos a informar y a defender los derechos de los ciudadanos, si no defendemos los nuestros primero?
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