La situación de las cuentas autonómicas sigue siendo delicada
Por José Julián Martín , 14 abril, 2015
Un reciente informe sobre la evolución de las finanzas autonómicas en 2014 y entre 2003 y 2014 concluye que los saldos presupuestarios de las comunidades autónomas han empeorado ligeramente durante 2014 y que la mayor parte de estas administraciones han incumplido holgadamente sus objetivos de estabilidad presupuestaria.
El documento, preparado por Ángel de la Fuente (Fedea) analiza los últimos datos sobre el tema publicados recientemente por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas (MHAP) y por la IGAE.
No obstante, el autor sostiene que este hecho (el empeoramiento) resulta menos preocupante de lo que podría parecer a primera vista porque no se debe a un repunte del gasto autonómico, que sigue descendiendo como fracción del PIB aunque a un ritmo muy lento, sino a una caída “técnica” de los ingresos regionales debida a las peculiaridades de un sistema de financiación autonómica que refleja con un cierto retraso la incipiente recuperación de los ingresos tributarios. Una vez corregido este efecto, el deterioro aparente del saldo presupuestario autonómico se convierte en una leve mejora que mantiene el patrón de suave consolidación fiscal observado desde 2012.
Con todo, de la Fuente advierte que la situación de las cuentas regionales sigue siendo delicada porque el déficit corregido está claramente por encima del objetivo de estabilidad y porque la mejora de los saldos autonómicos registrada en los últimos ejercicios proviene en buena parte de una reducción de las partidas de inversión hasta niveles históricamente muy bajos que no se podrán mantener por mucho tiempo sin que comiencen a afectar negativamente a la calidad de los servicios públicos.
Aunque la previsible recuperación de los ingresos en los próximos ejercicios debería traducirse en una gradual mejora de la situación, el autor considera que sería muy aconsejable que las comunidades autónomas continuasen trabajando en la contención de las partidas de gasto recurrente que representan el grueso de sus presupuestos y que, pese al recorte de los últimos años, han aumentado en un 16% su peso en el PIB desde 2003.
Por otra parte, el informe destaca la necesidad de mejorar la calidad de la información disponible sobre las cuentas de las administraciones regionales. Aunque se ha avanzado mucho en este campo en años recientes, siguen existiendo problemas de falta de homogeneidad en los criterios contables utilizados que sería deseable corregir.
También sería deseable en opinión del autor que la IGAE publicase una descripción detallada de los ajustes que introduce en los datos presupuestarios para construir sus series de Contabilidad Nacional, que son las que se utilizan para fijar los objetivos oficiales de déficit.
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