Slow Food

Recientemente he tenido la oportunidad de asistir a un evento organizado por esta asociacion italiana  (http://www.slowfood.it/) que propone de alguna manera una vuelta a la tierra, a los productos autóctonos. Esta idea no es sólo algo superficial que tenga que ver con el «buen comer» si no que se me ha revelado como una verdadera filosofía de vida.

En un momento en el que, especialmente en las ciudades, se vive muy deprisa, y el reino que impera es el «fast food», esta propuesta del «slow» no sólo me parece atractiva, sino de algún modo me parece necesaria. El triunfo de los spas, las filosofías orientales, el yoga y demás, no son más que el fruto de la necesidad que tiene el hombre de una fusión con la naturaleza, la búsqueda de una comunicón, que en el espacio urbano es difícil de encontrar. Se trata de huir de los productos excesivamente elaborados y de encontrar una marca de cualidad en todo aquello que entra por la boca.

Hagamos una pausa en el camino. Que por no querer perder ninguna oportunidad no nos perdamos la más importante, el tiempo. El tiempo para vivir de otra manera, disfrutando de las cosas buenas y priorizando la cualidad a la cantidad. Como dice un buen amigo mío comemos mínimo tres veces al día, ¿no debe ser importante lo que nos metemos al estómago?

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