SÓNAR 2014 (DÍA)
Por Alonso Barán , 18 junio, 2014
Este verano mi temporada de festivales de música ha empezado con Sónar, el festival de música electrónica de referencia mundial.
Lo primero que quiero señalar es que la organización del festival resultó impecable. No es fácil organizar un macro festival de proporciones faraónicas. Dos espacios, Sónar Día y Sónar Noche, ubicados cada uno en una punta de la ciudad. Ocho escenarios, una discoteca y una sala de exposiciones, un cine, sala de conferencias: una grata locura que no permitía un momento de quietud.
Había tanto material de calidad en Sónar 2014, que podría escribirse una novela. Me limitaré a hacer dos crónicas: una para Sónar Día y otra para Sonar Noche. Incluso así quedarán en el tintero demasiadas cosas, pero es que Sónar no está hecho para narrarlo, sino experimentarlo.
Digno de reseñar en Sónar Día fue el concierto de FM Belfast. Cierto que la música de este grupo islandés tiene un toque naif en sus melodías, pero precisamente eso es lo que necesita un concierto alegre.
Por supuesto, no faltó a la cita el tema estrella de FM Belfast, Underwear, ni tampoco la estética setentera del grupo y sus espontáneas y energizantes cabriolas con las que animaban al público. Un concierto con estas características, al aire libre en el recinto Sónar Village, por la tarde, con una temperatura de 25 grados, rodeado de gente divirtiéndose y alegría, bueno, me gustaría aislarme existencialmente así como en el bucle de la película Atrapado en el tiempo.
Otra gran actuación de Sónar Día fue la de Jon Hopkins en el espacio cubierto Sónar Complex. Este productor de melodías electrónicas no está en la vanguardia mundial por casualidad. Con su capacidad de arrancar sonidos abstractos a un sintetizador y combinarlos con melodías suaves, alcanza un clímax sonoro que mantiene de principio a fin de la sesión. Si a esto le añadimos unos visuales cinematográficos montados al ritmo de la música, entonces uno regresa al mundo cuando termina el espectáculo.
Debo decir que había actuaciones que no me resultaron divertidas. Como por ejemplo cuando estuve encerrado entre el tumulto de gente que miraba Simian Mobile Disco “Whorl” . Llegué a aburrirme en poco tiempo. Y he dicho «miraba» porque este concierto me recordó a un sermón, pues el público permaneció estático observando a este dúo irlandés. Lo siento, pero con su música Simian Mobile Disco “Whorl” no consiguió divertirme.
Por otro lado, una experiencia que me pareció interesante fue Despacio, una sala habilitada para bailar como en una discoteca. Acostumbrado a las idiosincrasia de los festivales de música, me resultó refrescante bailar con los ritmos disco de James Murphy + 2Manydjs. Aparte de la diversión asegurada que ofrecen siempre estos DJ´S con sus mezclas amables de música disco-pop, resultaba de interés el sonido cuadrafónico de la sala: cero distorsión en los graves y cero reflexión en las paredes de la estancia. Como digo una experiencia refrescante, pues James Murphy + 2Manydjs ofrecieron compases divertidos que transmitían «buen rollo» a los bailones que allí nos congregamos.
Otra cosa que me gustaría señalar fue la sorpresa que me llevé con Kid Koala Vinyl Vaudeville 2.0. No conocía a este artista canadiense y lo primero que llamó mi atención fue que actúa disfrazado de koala. Decidí darle una oportunidad por este detalle de simpatía y fue toda una experiencia. Inquieto con los platos, electrizante con el scrath y ameno con la coreografía de bailarinas cabaret que coloreaban su espectáculo. Personalmente, Kid Koala Vinyl Vaudeville 2.0. me hizo caer en la cuenta de que me encontraba en Sónar Día 2014: un festival de música que es diferente, inteligente y superior artísticamente a otros festivales en los que he estado. Un lugar de encuentro que colma las ganas de diversión innata en los festivaleros, no con la simpleza de ofrecer música y alcohol, sino con el gusto por el arte electrónico.
Mi enhorabuena, Sónar.
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