Tarajal
Por José Luis Muñoz , 4 noviembre, 2019
Con el foco puesto en Cataluña y la proximidad de las elecciones nadie se fija en un titular que debería escandalizar a todo aquel que tenga dos dedos de conciencia. Una jueza archiva el caso de Tarajal por no ver indicios de delito en la actuación de 16 guardias civiles que dispararon pelotas de goma contra migrantes que querían llegar a la costa a nado y les denegaron su auxilio. Hubo catorce muertos fruto de esa actuación.
Lo de Tarajal fue sencillamente un crimen y quedará sin castigo como tantos otros para vergüenza de nuestro sistema judicial, que anda últimamente arrastrado por el fango, y la parálisis de la izquierda, la presunta del PSOE, y la no tan presunta de Unidas Podemos, que no se presentaron como acusaciones particulares en el caso. Tampoco lo hizo la abogacía del estado. Claro, eran emigrantes indocumentados, parias sin nombre a los que llorarían familiares más abajo del Sáhara. Qué importa que mueran. Qué importa que se ahoguen porque unos uniformados hacen tiro al blanco con sus pelotas de goma en vez de ir a su rescate.
En este mundo al revés en el que me encuentro, llevar un uniforme es licencia para cometer desmanes. A Torra, político torpe donde los haya y que no goza de mis simpatías, se le critica por investigar los desmanes que pudieron cometer los mossos en los altercados de Cataluña, algo que no hace el ministro Grande-Marlaska con la policía nacional. Los jueces del procés no apreciaron ningún exceso de fuerza en los apaleamientos de policía y guardia civil contra ciudadanía que levantaba las manos en alto y cuyo delito era meter una papeleta sin valor jurídico en una urna made in China. Poco importaron a sus señorías los incontables vídeos que acreditaron ese excesivo uso de la fuerza por parte de los agentes, la saña que emplearon en aporrear a diestro y siniestro. Ciego es el que no quiere ver.
Todo se pega. También esos aires ponzoñosos que cruzan el Atlántico. Tendremos huracanes. Nos dispararán por sacar un móvil del bolsillo como hacen en Estados Unidos y no les pasará nada a los uniformados con patente de corso.
Todo esto me indigna, me asquea. Me asquean esos malos policías cuyas actuaciones no son sancionadas. Me asquean esos jueces que los exoneran de toda culpa. Me asquea la izquierda dividida en luchas intestinas que pasa por alto tropelías como la de Tarajal porque eso no da votos, estamos en campaña y catorce ahogados más en el Mediterráneo es fría estadística.
Comentarios recientes