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Tendencias en educación

Por Clara Cordero , 29 octubre, 2014
By lee Scott

By lee Scott

Conocemos ya algunas de las tendencias que se están implantando en nuestras aulas.

De un lado las redes sociales van calando profundamente con la utilización de los dispositivos móviles por parte de los alumnos en la clase y fuera de ella, fusionando el aprendizaje formal con el informal, personalizando la enseñanza y el aprendizaje.

Todo ello nos lleva a la segunda tendencia, a  dar la vuelta a la clase (Flipped classroom) abriendo el espacio del aula, al entorno real de cada alumno. Conociendo un aprendizaje continuo, sin límites, que se integra en la realidad del alumno.

Subrayando la personalización de la enseñanza y del aprendizaje. Cada uno coge lo que le interesa para cada momento concreto. Son los propios alumnos quienes distribuyen su tiempo fuera de la escuela para aprender, para repasar y para que su vida interfiera en el aprendizaje escolar compartiendo a través de las redes contenidos propios del aula. Los deberes para casa cambian en cuanto a concepto. Ahora forman parte de sus vidas e incluso los más pequeños se los plantean de otra manera gracias a la siguiente tendencia.

La tendencia a gamificarlo todo: los deberes (plataformas como Toovari, Yooquest), las conductas, el aprendizaje, el aula. Aparecen badges, insignias, medallas, logros… Debemos hacer acopio de determinados ítems o competencias. El objetivo de este juego es aprender.

La tendencia del BYOD (bring your own device) va surtiendo efecto. La mayoría de las veces hablamos de centros innovadores con grandes recursos económicos, pero con esta metodología, donde cada uno se lleva su propio dispositivo, esto se hace posible en aquellos centros con recursos más limitados (ya nos gustaría la iniciativa ConnectED para evitar estas desigualdades).

La tendencia a la colaboración, la cooperación. El hecho de que el docente abra la puerta del aula al mundo, que no se quede para sí mismo todo aquello que hace, que comparta, porque da ejemplo, porque invita a otros a aprender juntos, porque estrecha lazos y aumenta redes. Aparecen fantásticos observatorios donde la innovación llama a la puerta del que quiera abrirle paso (ODITE).

Dentro de todo este batiburrillo aparecen los proyectos (PBL o ABP). Influenciados por todas estas tendencias anteriores el trabajo por proyectos se instaura como la metodología más amplia, más significativa para el alumno.

La tendencia a perder el miedo y empezar la casa por el tejado. A que el docente deje de controlar cada milímetro del aula y de sus ocupantes para dejar hacer, para desarrollar la creatividad, para solucionar problemas, para dar paso a las mentes y las ideas de otros y de todos.

La tendencia a aprender de la evaluación. No como sistema de medida para presionar, para fomentar la competitividad, sino como herramienta de aprendizaje, de mejora del sistema, de saber en qué punto nos encontramos y hacia donde dirigirnos. Sin estrés, sin represalias, sólo hacia adelante.

Tendencias revolucionarias, edupunks, innovadoras, rompedoras, disruptivas…todas ellas configuran la educación del hoy, del ya está sucediendo, de que el movimiento ha empezado, de que está cambiando.

Ha llegado el momento de contemplar el mundo con otros ojos, porque hay todo un horizonte de aprendizaje en nuestras manos.


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