Tino Casal vive
Por Víctor F Correas , 22 septiembre, 2014
De él se dijeron muchas cosas. Quizás, demasiadas. Para bien y para mal. La más importante, en la que está todo el mundo de acuerdo, es que fue un adelantado para su tiempo; que su música no era de ese momento que le tocó vivir. Aún así, a sabiendas, disfrutó con ella e hizo disfrutar a otros tantos a los que se la traía al pairo que fuera o no un adelantado; que se bebió la movida y todos sus apéndices como si no hubiera ningún mañana más, disfrutando cada instante como si fuera el último, el definitivo; que después de un insoportable silencio fue capaz de regresar a lo grande, callando a críticos, advenedizos y envidiosos; que vivió como le dio la real gana sin importarle componendas o reglas. Vivió. Punto.
Que José Celestino Casal Álvarez murió un 22 de septiembre de 1991 lo sabe todo el mundo. Esa maldita farola en plena carretera de Castilla fue el repentino y amargo fin de su carrera por la vida. Que Tino Casal es eterno es algo que nadie pone en duda. Ni siquiera los que le negaron lo que fue. Un genio.
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