Un Papá Noel justiciero
Por Juliano Oscar Ortiz , 23 diciembre, 2014
La Navidad tiene ese encanto y atractivo tan particular que hace que millones de personas en el mundo, puedan reunirse en torno a una mesa y esperen juntos la llegada de la hora 0.
No es un tema menor recalcar que, de a poco, se ha ido perdiendo ese encanto y atractivo. El postmodernismo, la hiper velocidad, las conexiones virtuales, o la ausencia de una ingenuidad que solo va quedando en los corazones de los más pequeños y su deseo de que Papá Noel venga y traiga un montón de regalos.
Tradiciones más acá o más allá, el árbol es un símbolo genuino de esa lactancia cariñosa que nos hace mirar un árbol multicolor que renace cada fin de año. Y todos en algún momento corrimos hacia las cajas aparatosas que invitaban a destruir su envoltorio.
En los árboles de muchísimos funcionarios argentinos esta Navidad habrá diversas citaciones y pedidos de investigación por parte de varios fiscales que no se visten de Papá Noel ciertamente, pero que deja esos papeles como si fueran el regalo de los argentinos que necesitan creer en la justicia.
España también vive y sufre los vaivenes de una justicia temerosa que camina con pasos inseguros, muy lentos y que parece dudar ante cada decisión sobre aquellos que, como la infanta Cristina (¿es una casualidad que se llame igual que la reina del Plata que asola Argentina?) tienen que sentarse en el banquillo de los acusados por actos que, a todas luces, huelen bastante mal.
La justicia es un conjunto de valores esenciales sobre los cuales debe basarse una sociedad y el Estado, y que deben respetar todos los ciudadanos, sean ricos o pobres, junto a una imperiosa necesidad de que funcione para que podamos avanzar en la búsqueda de una sociedad libre y sin privilegios. Si olvidamos este principio, difícilmente encontremos el camino correcto.
Los diarios digitales de Argentina y España están saturados de noticias que tiene que ver con la justicia, un ejemplo claro del pedido de los ciudadanos porque se esclarezcan los hechos de corrupción y se investigue hasta el fondo. Los jueces son un punto vital en la vida de una república y sus actuaciones deben estar sometidas al pueblo, a las leyes y al sentido común.
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