UNIR, más que un atisbo de esperanza en la educación superior
Por Clara Cordero , 4 junio, 2014
Hablamos de la universidad que cuenta ya con 5 años de experiencia. Una universidad que ha decidido romper con la estructura clásica de estudio e innovar lanzándose hacia una educación virtual, totalmente online, que posibilita la cercanía a sus estudiantes y la educación personalizada que todos necesitamos.
En los años de formación en el grado, la calidad de sus docentes ha sido una muestra de lo mejor del país, la eficacia de los aprendizajes, eminentemente prácticos gracias a la evaluación continua, han posibilitado formar a verdaderos profesionales en cada uno de los campos que se presentan.
En el caso del Grado de maestro en educación infantil ha sabido adelantarse a los tiempos y ofrecer una formación acorde a las necesidades actuales donde la neuropsicología del aprendizaje y las TICS se convierten en las herramientas esenciales del docente del futuro.
Aboga, toda ella, por un aprendizaje continuo, como debe ser, proponiendo Masterclass, Seminarios y Postgrados acordes a la metodología de la que parte: atender las necesidades actuales y de sus estudiantes, de una manera innovadora, creativa e individualizada.
Me siento orgullosa de haber participado este fin de semana en la graduación, donde, a través de una magnífica puesta en escena, la UNIR ha sabido recompensar el esfuerzo de sus estudiantes con un acto memorable donde como siempre, los alumnos hemos sido los protagonistas.
No tengo palabras para agradecer el esfuerzo a ese espectacular equipo técnico que ha sudado verdaderamente bien la camiseta ofreciéndonos imágenes para el recuerdo, vídeos divertidos y memorables para que todos guardemos un poquito de la UNIR en nuestro corazón.
Una universidad por y para los alumnos, donde la participación y colaboración es tan alta que es imposible de creer. Donde se forjan grandes amistades, relaciones duraderas y serias porque todos estamos para aprender los unos de los otros, porque lo que ha conseguido esta universidad ha sido unirnos a todos por un aprendizaje de calidad y duradero.
En recuerdo de esos miles de compañeros, unos desvirtualizados, otros no, que permanecemos día a día conectados de algún modo: «No importa que llueva, si estudias en la UNIR, naranananá…»
Por ello hoy he querido elogiar la mejor universidad de España, porque sin ella no hubiera podido cursar el grado, porque sin ella seguiríamos estancados en el pasado, porque gracias a ella el futuro está a nuestro alcance.
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