Violencia de género: una sucia realidad
Por Anna Genovés , 10 marzo, 2014
Violencia de género
Mi oído se afina cada vez que escucho en un informativo alguna noticia relacionada con la violencia de género. Datos sobre alguien que ha sufrido cualquier tipo de agresión física, esencialmente, mujeres inocentes. Peor todavía, cuando aparece delante de mis narices en la moderna pantalla de plasma, una camilla hidráulica portando una bolsa opaca y su cremallera: una joven, madura o anciana muerta. Bien, a manos de su esposo; novio, pareja o miembro familiar. Es lo de menos.
Horas después, el presunto homicida suele aparecer en el hospital por intento de suicidio con alguna herida de arma blanca sin gravedad o un disparo furtivo. No obstante, sigue vivito y coleando. Ella no. Con suerte, le caerán unos años de condena. En muchos casos rebajados por buena conducta y a la rue. Y, por favor; no te metas con ellos. “La maté porque era mía”. Seamos francos, el mundo es de los hombres.
No dejo de hacerme esta pregunta, ¿cuál fue el detonante que dejaron a sociedades matriarcales de la antigüedad fuera de juego? Quizás el homo sapiens sapiens primitivo, se percató del sixth sense que poseemos las féminas o quizás fuera porque nosotras podemos ser animales de un solo macho. El hombre, por el contrario, prefiere tener a su disposición a distintas hembras. Y no lo olvidemos, nosotras siempre seremos una pertenencia. Si no que se lo pregunten a las mujeres que emigran de su país para obtener un buen trabajo ―engañadas por sus futuros proxenetas―, y acaban prostituyéndose para no terminar en una zanja o un contenedor. Viviendo en condiciones infrahumanas a golpe de palizas o de dosis elevadas de estupefacientes.
Se habla de la necesidad sexual masculina en todas las etapas de la vida. Sin embargo, parece que la mujer ―una vez perdida la juventud― pasa del sexo. Otra falacia sobre nosotras: los objetos. Aquí, entramos en el terreno del sexismo. Y es que violencia de género y sexismo, en la mayoría de los casos, van de la mano. Un círculo vicioso en el que las mujeres salimos mal paradas y/o se nos considera inferior al hombre. No nos equivoquemos: muchas mujeres fomentan estas acciones por tradición o desconocimiento.
Blanca Hernández Oliver (delegada del Gobierno para la violencia de género) dijo en un programa radiofónico: “Trabajamos desde los medios y desde las instituciones para cambiar la mentalidad y esa dominación consentida”.
El Ministerio de Sanidad Servicios Sociales e Igualdad, cita textualmente como violencia de género:
“Fenómeno invisible durante décadas, cuya manifestación más clara es la desigualdad, subordinación y relación de poder de los hombres sobre las mujeres”.
Según cifras oficiales de la Policía, una de cada tres mujeres sufrirá a lo largo de su vida algún tipo de agresiones, dejando un saldo de dos muertes por semana. Pese a los esfuerzos gubernamentales, la violencia de género asciende de manera alarmante.
El año pasado en UK, 1,2 millones de mujeres fueron víctimas de la violencia doméstica. En Francia eran asesinadas 148 mujeres y 26 hombres. En España, ya hay 12 muertas por violencia de género en lo que va de año.
Mee Julie Bentley ―directora ejecutiva del guidismo de UK―, dijo: “las niñas necesitan vivir en una sociedad igualitaria para porsperar y poder cumplir con su potencial de liderazgo en todos los ámbitos de la vida”.
¡Qué optimista! Mucho deberían de cambiar las tornas para que esta utopía fuera una realidad. ¿Qué tal si comenzáramos nosotras mismas a no chismorrear de la vecina y a apoyarnos las unas en las otras? Se dice que quien los ve o los sufre en sus carnes: consiente o acaba siendo un maltratador. No dejes que tus hijos sufran. Es un asunto muy sucio y cada minuto es vital.
Violencia…
“La violencia es el refugio del incompetente”.
Isaac Asimov
Violencia de género
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