A galopar
Por José Luis Muñoz , 11 junio, 2025
Al hilo de que el Partido Popular se ha dado su baño de masas en Madrid y ha conseguido reunir a una marea de indignados llegados a bordo de autocares desde todas las partes de la península a la llamada del líder opositor Núñez Feijóo, se me ocurren un sinfín de consideraciones sobre los motivos y el lema de esa convocatoria que se me antoja chusca.
La primera, muy grotesca, arranca del lema Mafia o democracia sobre el que gira esa magna concentración dirigida por Alberto Núñez Feijóo, el presidente de la Xunta que veraneaba con el narcotraficante Marcial Dorado y se daba cremitas con él en la espalda para no quemarse la piel. Toda Galicia sabía que Dorado era un delincuente, pero Feijóo no.
Mafia. Cuando acaba de salir de prisión un subsecretario de interior del PP acusado de hackear y vender datos personales. Mafia. Cuando todavía resuena el caso Gürtel y sigue la incógnita de quien era ese tal M. Rajoy que cobraba sobrecitos en negro de alguien que se llamaba Bárcenas. Mafia. Cuando parte de la sede del PP se pagó en dinero negro. Mafia. Cuando Pablo Casado fue defenestrado porque consideraba que la conducta de la jefa del partido, Isabel Díaz Ayuso, era intolerable e inmoral, y el decapitado fue él. Mafia. Cuando Isabel Díaz Ayuso vive con un presunto delincuente y se beneficia de un pisito comprado no se sabe con qué. Mafia. Cuando el exministro del interior Jorge Fernández Díaz será juzgado por organizar la llamada policía patriótica que fabricó pruebas falsas contra Podemos y los partidos independentistas catalanas durante años. Mafia. Cuando casi la totalidad del último gobierno de José María Aznar hubo de sentarse en el banquillo y algunos de sus ilustres miembros acabaron entre rejas. Mafia. La que abandonó a su suerte a los valencianos durante la mortal DANA y el presidente Mazón no ha dado ninguna explicación de qué hizo ese fatídico día. Y así hasta el infinito. Y hablan de mafia los mafiosos. Cinismo superlativo.
Feijóo, el títere de Ayuso y Aznar, y toda la derecha y extrema derecha de este país exigen elecciones anticipadas inmediatas porque dicen que el país no se sostiene. No se sostienen los datos económicos, arrolladores. No se sostiene el incremento de las pensiones, subidas espectacularmente cuando con los gobiernos del PP no llegaban al 0,10 %. No se sostiene el salario medio interprofesional que casi se ha duplicado. No se sostiene que por primera vez el paro no haya superado los dos millones y medio de personas. No se sostiene que el gobierno progresista blindara los puestos de trabajo durante la pandemia para que no se perdiera uno solo. No se sostiene que durante meses haya habido transporte público gratuito. No se sostiene que este gobierno haya sido el que más medidas de protección social haya implementado desde la democracia.
Lo que nunca se ha sostenido en este país es esa derecha y extrema derecha que se confunden, cainitas de manual, capaces de votar contra sí misma para joder al gobierno, antipatriótica en todos los foros internacionales, casposa en lo ideológico, que vota contra el matrimonio homosexual y se casan a continuación sus miembros, retrograda, de autentica mala gente que calla ante el espantoso genocidio de Gaza cuando no lo justifica, guerracivilista que se burla de las fosas y de las leyes de Memoria Democrática que incumplen.
La derecha españolista es una de las peores de toda Europa, no concibe no gobernar y estar en la oposición, se consume en su propia bilis alejada del poder, no tiene proyecto de país ni ideas más allá de emponzoñar, no acepta perder porque cree que por principio España le pertenece y si hay un partido de izquierdas en el gobierno lo considera un okupa al que hay que echar por todos los medios con el famoso Quien pueda hacer, que haga de Aznar. Es esa derecha, que considera que España es un patrimonio suyo exclusivo la que convoca esa manifestación, la que dio un golpe de estado y desencadenó una guerra y ahora utiliza otros medios más civilizados (basura mediática, jueces de dudosa catadura moral y profesional y ruido parlamentario), la que sigue añorando a la dictadura fascista de Francisco Franco frente a la República como recientemente explicitó Esperanza Aguirre.
A galopar hasta enterrarlos en el mar.
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