Alemanizarse
Por Esther Patrocinio , 1 diciembre, 2014
Cada vez que vuelvo a España me doy cuenta que me voy alemanizando; es decir las cosas que antes me resultaban extrañas y ajenas forman ahora parte de mi rutina. Así empiezan una serie de artículos que podríamos titular: Cosas que aprendí en Alemania. Esta semana empiezo con un cambio de chip del que me siento orgullosa. Si os pregunto ¿Qué es reciclar? Estoy segura de que la repuesta que la mayoría dará es la de separar la basura (esto da para otro artículo, prometido) y llevar el papel al contenedor azul, el vidrio al verde y los envases de plástico. Pues no, hay que venir a Alemania para entender el amplio concepto de reciclar.
Site de upcycling-deluxe tienda de productos reciclados muy trendy
Reciclar no consiste en tirar las cosas que ya no quieres o necesitas a un contenedor de otro color para recuperar su materia prima a partir de la que crear nuevos productos. Hay un paso previo…¿te has planteado si alguien puede necesitar eso que para ti ya no es útil? Desde ropa, hasta objetos de decoración, envases de Kartoffelsalat que una vez vacíos se limpian y se utilizan como Tupperware hasta el clásico revistas y periódicos que ya he leído pero le pueden interesar a alguien que conozco. Casi todo es posible. A veces se trata simplemente de pensar en un uso alternativo para el objeto en cuestión. Que los frascos de yogurt son de plástico; pues los lavas, los pintas y decoras (esto es ideal si tienes niños pequeños en tu círculo de amistades) y puedes usarlos como bote para boligrafos, por ejemplo.
Alemania es el país de los mercadillos de segunda mano. Cada barrio, casi cada edificio organiza una vez al año un mercadillo en el que los vecinos colocan una mesa de camping como mostrador en el que ofrecer todo lo que ya no quieren o no necesitan. Es toda una experiencia acercarse a estos mercadillos, puede que encuentres algo o puede que no, pero pasarás un buen rato y si tienes ocasión prueba los bizcochos caseros que venderán con café o té a los visitantes/compradores. Estos Flohmarkt son otra de las variantes de reciclado que practican por estos lares. De hecho existen mercadillos para chicas donde se venden ropa, zapatos y accesorios de segunda mano; mercadillos donde se venden exclusivamente ropitas y utensilios para niños y bebés y mis preferidos, los mercadillos de objetos artesanos muchas veces creados con objetos “para reciclar” en los que puedes encontrar puestos con relojes de pared que una vez fueron botellas de ginebra o whisky.
Aquí la gente antes de tirar algo a la basura le da una vuelta de tuerca a las posibilidades de vida útil del objeto en cuestión. Sobretodo ahora que se acercan las navidades y que estamos en periodo de compras conviene preguntarse si necesito realmente lo que voy a comprar antes que acumular objetos por el mero hecho de poseerlos.
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