Retrato de Amarna Miller y no Marina
Por Paula Campo , 15 marzo, 2016
Amarna Miller es una joven(císima, de 24 años) actriz porno (aunque también fue productora) que si ha destacado en los medios de comunicación es porque, aprovechándose de su posición dentro de la industria, ha dado visibilidad a un discurso feminista, revolucionario y con mil ganas de comerse el mundo. Algo que admiramos de ella no es que haya publicado un libro de poesía (que también), ni que quiera dedicar toda su vida al arte y a su expresión, sino el hecho de que haya roto con todos los mitos falsos que hay sobre el porno: ni ha sido violada, ni ha tenido que chupársela a nadie, ni el hecho de ser actriz implica que ser culta sea un rara avis.
Hace unos días tuve el placer entonces, de tener una conversación de lo más constructiva y destructiva, de preguntar sobre los rincones más escondidos de su mente, de con qué tiene que lidiar una persona que no quiere cerrarse puertas, ni que la sociedad se las cierre.
Como guinda del pastel, Amarna nos ha hecho el favor de responder a un par de preguntas que los seguidores nos han mandado, para no acaparar con todo el placer que da hablar con ella. Sin más preámbulo:
¿Qué puede hacer la gente en su día a día para ayudar a romper los estereotipos sobre el porno?
Tú misma te estás respondiendo en parte… Lo que se puede hacer es no creer en estereotipos ni pensar que toda la industria pornográfica es lo que se encuentra gratis por internet. Yo creo que ahí está el mayor problema que tiene la gente con la concepción del porno, que se creen que lo que encuentran en los tubes es cómo funciona el mundo del porno. Sería como juzgar toda la industria cárnica por comer una hamburguesa en el McDonald´s: reducir todo a un porcentaje súper pequeño que además está pirateado. Lo que la gente puede hacer, básicamente, es no generalizar y no pensar que los conceptos que tienen en sus cabezas, que son los que la sociedad les han enseñado, son reales. Si quieren una opinión de verdad, que esté fundamentada e investiguen al respecto.
¿Consideras que la expresión “porno feminista” debe aspirar a convertirse en una “escuela” (a nivel formal) o que es la actitud con la que, por ejemplo, tú abordas tu trabajo?
Un poco de ambas. Por una parte, a nivel formal, es cierto que existe todo este tipo de productoras (XConfessions,Black Mind Studios, Four Chambers, The CrashPadSeries, I feel myself … etc) que lo que hacen es presentar la pornografía de una manera muy específica y me parece bien a nivel estilístico, vaya. Pero por otra parte, también como trabajadoras sexuales es enfocar lo que hacemos de una manera positiva. Desde luego, yo lo hago: cuando trabajo intento enfocarlo desde el feminismo. A veces se puede y a veces no porque cuando se es actriz al final eres una subordinada, tienes que seguir las indicaciones del director y a veces simplemente no tienes ni voz ni voto, pero bueno, en la medida en la que se puede, yo lo intento hacer. Así que sí, no creo que sean excluyentes ambas respuestas.
La industria X presenta el modelo de conducta que requieren sus consumidores así que si queremos cambiar algo como usuarios lo primero que tenemos que hacer es dar nuestro dinero y nuestro apoyo a aquellas empresas con las que comulgamos. Sin dinero, no hay negocio posible, así que si queremos cambiar las cosas, dejemos de criticar y apoyemos activamente.
¿Piensas que es la sociedad la que cosifica más a las actrices porno o que por el contrario, son las élites de la propia industria X la que se aprovecha más de vuestra situación?
Hombre, yo creo que la representación por parte de la industria sobre la mujer es un reflejo de cómo la sociedad entiende las relaciones de género. La respuesta sería que sí a ambas, pero que tiene un por qué: la industria pornográfica sigue un modelo patriarcal porque nuestra sociedad es patriarcal, por lo que no pienso que la industria sea la culpable, sino que es la sociedad la que genera un modelo de conducta nocivo y que la industria es lo que toma cuando representa a las mujeres.
También hay que decir que desde hace unos años la industria está cambiando y poquito a poquito el machismo se está reduciendo porque hay muchas voces que reclaman un cambio en la pornografía.
Así que bueno, diríamos que el culpable es el modelo social en el que, primero, por ser mujer y ser una trabajadora sexual ya tienes un estigma, y segundo, por ser chica sin más ya tienes una presión que ejerce el heteropatriarcado hacia lo que tienes y no tienes que hacer.
¿Por qué crees que el porno, siendo algo distinto de la prostitución, genera tanta polémica a la hora de replantearse su legalización?
Pues porque aunque haya gente a la que esta distinción le parece muy obvia, al resto de la población no se lo parece. Las definiciones están muy anticuadas, si tú vas a un diccionario y buscas la definición de prostituta será algo como “personas que intercambian sexo por dinero”. Estamos en el año 2016, así que esta definición ha quedado totalmente obsoleta, está casposa, porque dentro de ella podemos meter a las webcamers, dominatrix profesionales, que realmente están ofreciendo un servicio sexual de una manera u otra, y al final, aunque no son prostitutas, acaban siendo metidas en el mismo saco.
Lo mismo pasa con la pornografía, el problema al final es el estigma, el estigma social que pesa sobre el sexo, sobre el mantener sexo a cambio de dinero. Al final, el sexo sigue siendo un tema tabú; no es que no se quiera legalizar el porno o la prostitución, no se quiere legalizar nada relacionado con el sexo. Pero bueno, poco a poco jaja.
Está claro que cobrar por tener sexo con actores como tú, ir de viaje con todo pagado y la flexibilidad que te permite el trabajar en el porno son cosas positivas que a todas nos gustaría tener, pero ¿cómo te gestionaste emocionalmente el entrar como actriz? Es decir, ¿tuviste algún tipo de barrera mental que tuviste que romper antes de entrar definitivamente? ¿tuviste debates interiores difíciles de administrar?
Hombre, sí, desde luego. El primer debate interno al que te enfrentas cuando vas a entrar en el porno es qué va a ser de tu futuro. Porque lo que te dice todo el mundo y lo que tú misma piensas es que te estás cerrando puertas. El exponer tu imagen, el ser una imagen pública en algo que tiene que ver con la sexualidad implica que, por ejemplo, nunca vayas a poder dedicarte a la docencia o a la política. Esa fue mi primer idea, el estar vetándome. Por otro lado, a nivel interno, llegué al punto, con el cual sigo de acuerdo, de que si alguien no quiere contratarme porque he sido actriz porno, el problema es suyo, no mío. El problema es de la sociedad que ve el sexo como un tabú y que la mujer no puede estar liberada sexualmente, así que como el problema en verdad es suyo, yo no tengo por qué cambiar nada y soy libre de hacer lo que me apetezca siempre y cuando no haga daño a nadie, y siendo actriz porno no lo hago, así que…
Por otro lado, yo no entré en la industria de sopetón, ni rodé desde el principio como ahora. En un principio solo lo hacía para experimentar lo que quería hacer y probar mi sexualidad, por lo que grababa solo un par de escenas al mes. Luego cuando terminé mis estudios ya me metí a tiempo completo. Pero no fue un choque, yo ya era modelo, así que estaba acostumbrada a posar delante de las cámaras; empecé a hacer fotos desnuda por lo que posar así tampoco me supuso un problema; y yo empecé sola en el porno, por lo que pasé de hacerme fotos desnuda a hacer videos masturbándome, que tampoco cambiaba mucho. Ya un año después hice lésbicos y dos años después empecé a hacer hetero.
Mi cambio fue muy progresivo, y emocionalmente fui tan despacito que me lo gestioné muy bien.
¿Hay más machismo dentro del porno o fuera de él? Y dentro de él ¿se nota en los salarios? ¿Por qué crees que es de esta manera?
Por supuesto, la industria pornográfica es una industria machista, pero no más machista que la industria del cine convencional o el modelaje artístico. Se le mete mucha caña al machismo en el porno porque como que lo vemos a diario, pero realmente viviendo en una sociedad patriarcal, podemos decir que en casi cualquier trabajo con el que te puedas enfrentar vas a ser discriminada por ser mujer. Entiendo la crítica al porno, pero me parece un poco hipócrita que se dirija solo a la pornografía, y la gente eluda hablar de esto en otras áreas solo porque, de nuevo, el sexo es un tema tabú. No creo que haya especialmente mas machismo dentro de esta industria que fuera de ella, y de hecho siento que desde hace unos años, desde que yo estoy en el porno, ha habido una renovación, de repente los contenidos han dejado de ser tan cosificantes y empoderan más a las figuras femeninas.
Se nota en los salarios de forma inversa: las mujeres, aquí en EEUU, cobran casi tres veces más que los hombres, ¿por qué? porque es más complicado encontrar buenos talentos femeninos que buenos talentos masculinos, por un tema de oferta y demanda. Se necesitan más chicas que chicos, y los chicos tienden más a presentarse como candidatos que las chicas. De nuevo por presión social. Sé que estoy dando vueltas sobre esto todo el rato pero de verdad es muy importante porque decir que eres actriz porno tiene una connotación mucho más grande que decir que eres actor porno, si eres actor porno eres un casanova, si eres actriz eres puta. La ley de oferta y demanda obliga a que a las chicas se las pague mucho más por estar en la industria, cosa que por otro lado a mí personalmente no me gusta, yo pienso que los precios deberían ser igualitarios. Además que el trabajo de actor porno es mucho más complicado que el de actriz: como chica poco tienes que hacer, vamos, estar ahí, saberte el guión, saberte las posturas y estar guapa, pero el chico tiene que empalmar, mantener la erección y correrse cuando se le diga…, bueno, una serie de cosas por las que las chicas no tenemos que pasar, así que yo creo que, como mínimo, los precios deberían ser iguales para ambos géneros.
«(…)Es un sexo verosímil pero no es una
representación realista
de la sexualidad(…)»
Hace tiempo creo recordar que hubo una polémica enorme alrededor de la existencia del punto G (tanto, que recuerdo que los de los talleres de sexología en el instituto discutían entre ellos), ¿existe o no? Si no existe, ¿por qué crees “se ha inventado”?
Esto es lo de siempre. La sexualidad femenina no está estudiada, todavía hay gente que dice que el squirting es pis, para que te hagas a la idea. El punto G existe pero no es un punto G, es una zona de la vagina que es más sensible porque ahí está la terminación del clítoris, básicamente. El clítoris es una “pelotilla” que tiene por dentro dos nervios muy grandes que llegan por dentro de tu vagina. Es el único elemento que le da placer a la mujer y su extensión es lo que da placer a la penetración, y en esa extensión hay una zona donde la membrana mucosa es más pequeña y es más sensible que es a lo que llamamos punto G, pero es una zona completa, no un punto, que se puede estimular. Así que sí, sí que existe y sí, hacen falta más estudios para que esto lo sepa la mayoría de la población.
¿Con qué perspectiva crees, por cierto, que hay que aproximar la sexualidad en las aulas? ¿Crees que los cursos que se hacen son útiles?
www.amarnamiller.com
De esto te hablo desde el desconocimiento porque a mí nadie me dio educación sexual cuando yo era pequeña. En mi colegio no había… o sea, lo único que nos explicaron es cómo hay que ponerse un tampón o una compresa, y fueron los de Tampax o cualquier marca que te pueda venir a la cabeza que vinieron a dar una charla y ya está. Así que no sé si realmente son buenos o no los talleres porque nos los he vivido, pero desde luego pienso que hacen falta. Hacen falta dentro de las aulas, pero sobre todo hacen falta en los padres. Esto es como siempre, no se puede poner una tirita, no hay que intentar eludir el tema del sexo con tus hijos porque el sexo es un tema tabú y esperar que sean otros, los educadores o los profesores, los que se encarguen de ello. Eso me parece mal, por supuesto; pienso que la primera educación tiene que venir desde casa y desde luego en las aulas, de forma secundaria. ¿Cómo hay que aproximar la sexualidad? De forma natural, vaya, no solo biológicamente, que casi te enseñan, ¿no?, “cómo funciona la reproducción”: esto son los labios mayores, estos los menores, esto es un pene, así se reproduce el ser humano, y nadie te habla del deseo, del consentimiento, de las fantasías, de cómo manejar tu propia sexualidad. Te hablan mucho de la función biológica y muy poco del manejo de las emociones que yo creo que es algo a tener en cuenta a la hora de hablar a los más pequeños de sexualidad, de emociones, su interactuación con otras personas.
¿Hay algún país de todos en los que has trabajado en el que el pertenecer a la industria sexual esté mejor visto que en España? Y ¿peor?
Puf, pues casi te diría que se considera malo en cualquier parte de las que he estado. O sea, ahora mismo no se me ocurre ningún país en el que el estigma sea menor. ¡Para nada! Estoy pensando ahora mismo… Quiero pensar que en los países del norte de Europa está mejor visto porque tienen la mentalidad más abierta, pero irónicamente no tienen ninguna productora porno, así que no tengo ni idea. Algún país en el que esté mejor visto en España… Hombre, pues he estado en sitios donde el porno está prohibido directamente como en Egipto o Asia, pero vamos que es una cuestión cultural, no es estigma social. Es decir, que si vas con escote incluso siendo occidental, te van a intentar cambiar por camellos. Es algo más generalizado. Luego, estoy pensando si aquí, en EEUU, siento menos estigma, pero en realidad es casi lo mismo: te ponen las mismas caras y te preguntan las mismas cosas.
En la entrevista con Risto dijiste que probablemente dejarías de trabajar en esto en el momento en el que ya no te apeteciera (no tanto que sean ellos los que te dejen de elegir), ¿qué expectativas tienes con respecto a tu futuro tras esto? ¿qué tipo de puertas te abre? Y ¿cuáles te cierra (pongamos el caso de que aspires a un cargo político público)?
Yo personalmente pienso que la pornografía te cierra las puertas de la docencia y la política. No puedes enseñar a los niños porque los padres van a volverse locos porque alguien que ha trabajado en algo referente al sexo va a estar con sus críos, y la política porque sigue siendo un tema suficientemente tabú como para que ningún partido quiera apostar por ti. Aunque he de decir que en las últimas elecciones generales en España, mostré públicamente mi apoyo a Podemos y tuvo muy buena acogida en el partido, pero eso es otro asunto.
Me preguntas qué expectativas tengo con mi futuro, yo intento ir con la corriente, no me gusta hacer planes a largo plazo porque siempre que los haces, los acabas rompiendo. O peor aún, estás tan centrado en esa meta que te pierdes cosas por el camino, simplemente solo quieres llegar ahí, y no disfrutas del camino. Intento vivir el día a día, ir viendo qué cosas me hacen feliz, ser yo misma y ver qué cosas quiero hacer en cada momento. Dentro de unos límites claro, viendo qué es mejor para mí y para mi futuro y qué pienso que será más provechoso para mi carrera, fuera y dentro del porno.
Mis expectativas… Hay cosas que he hecho en el pasado y que me gustaría seguir haciendo en el futuro, que son básicamente, la creación artística de la manera que sea: detrás de las cámaras como fotógrafa o ideógrafa, o escribiendo que es la otra cosa en la que empleo gran parte de mi tiempo: para revistas, para publicaciones, periódicos y mis propios libros. El año pasado publiqué un libro de poesía y espero que para este año se pueda publicar otro. Así es como veo mi futuro, pero no me gusta cerrarme caminos, porque si dentro de tres días descubro que me gusta customizar furgonetas Volkswagen igual en diez años me ves en un taller mecánico.
La pornografía, por otro lado, me ha abierto las puertas en cuanto a visibilización de mi discurso. La gente está interesada en lo que digo porque me dedico a la industria pornográfica, que podré tener un discurso que interese, pero si destaca es porque estoy dentro del porno. Me ha ayudado a dar mi marca personal, a que mi discurso salga y a mejorar mi promoción.
¿Crees que poner el límite entre tu trabajo y tu vida personal es más difícil para ti o para tus seguidores en las redes sociales, por ejemplo?
Para los seguidores. Yo tengo el límite absolutamente entendido y gestionado. Básicamente, porque para mí Amarna y Marina, son la misma persona. Yo no mantengo un personaje público y uno privado, y esta persona con la que estás hablando ahora mismo que es Amarna Miller, es la misma persona con la que puedes estar en un bar charlando fuera del internet y las redes sociales. El límite entre mi vida personal y mi trabajo es la privacidad de las personas de mi entorno, porque ellos no han elegido exponerse públicamente, así que el límite es mantener en el anonimato a mis amigos, mis padres, mi familia, mi novio… Aparte de eso, soy la misma. Sin embargo creo que mis seguidores confunden mucho el tema de la intimidad: por ejemplo, mi nombre es Amarna Miller, que es un nombre artístico que he elegido para proteger a la gente de mi entorno y que no se vean afectados por mi trabajo, me molesta mucho que me llamen Marina, que es mi intimidad, que sí, que he decidido decirlo pero como un comentario sin importancia. Si tú me conoces como Amarna y me llamas Marina, estás cruzando un límite que rompe mi intimidad.
Y desde luego, creo que esto es en general y no solo conmigo, pero la gente se piensa que las actrices porno somos ninfómanas deseosas de sexo todo el día y estoy cansada de que mis seguidores no paren de sexualizar todo lo que hago. Al final si posteo una foto en Ig haciendo la comida están todos “¡Venga, métete la cuchara por el coño!”, y es como, relax, no hay porqué sexualizar todo lo que es un referente a mí. Por ejemplo, voy a hacer una ponencia en Madrid a finales de mayo y ayer en Twitter estaban posteando los nombres de los ponentes, y aparte de mí, hay un chico que viaja alrededor del mundo y un fundador de una empresa, y alguno empezó a hacer coñas del tipo “oh, menudo trío se van a montar”, ¿perdón? Se trata de una ponencia que voy a hacer y no tiene absolutamente nada que ver con sexo. Me parece incluso un poco una falta de respeto. Pero bueno, ya estoy acostumbrada.
¿Hasta qué punto el porno puede tener una función educativa? ¿Consideras que es importante la apertura de cánones estéticos dentro del porno convencional?
Pienso que el porno tiene una función educativa pero que no es la función de la pornografía y que la persona que lo toma como modelo de referencia está confundida. Siempre pongo este ejemplo: cuando tienes un niño pequeño y le llevas al cine a ver Spiderman, le tienes que aclarar que no se puede intentar tirar por la ventana para volar o lanzar telarañas, porque lo que hay en la pantalla es ficción, es fantasía, no es real, y que lo que hace él en su vida privada es totalmente diferente y excluyente de lo que ve en el cine. ¿Qué pasa? En el porno, y de nuevo por el tabú sexual, los padres no hablan, los educadores no hablan con los niños y el sexo no se toca, así que tú te las tienes que apañar y aprender por tu cuenta, como buenamente puedas. Y como no está esa figura de poder que te explica que lo que ves en la pantalla no es lo que haces en tu casa, la gente lo toma como ejemplo y de forma educativa. De manera que el porno es un educador pero no debería ser así. Deberíamos enseñar a niños, adolescentes y adultos que lo que ven en pantalla no es lo que hacen en su vida normal, porque el porno está creado como ocio, como fantasía, se recrean situaciones irreales, que pueden ser más o menos realistas pero son irreales, porque hay cámaras. Es un sexo verosímil pero no es una representación realista de la sexualidad, ni puede serlo porque en el momento en el que tienes a diez personas mirando como follas, pues no follas como en tu casa. Hay que tomárselo como una forma de pasarlo bien contigo mismo u otra persona, puedes tomártelo como una inspiración, pero no como algo que tengas que recrear al 100%, porque no tiene sentido.
Desde luego que es necesaria una apertura de cánones estéticos. De hecho, es una de mis grandes luchas dentro de la industria porque al final en el porno mainstream, las escenas son totalmente repetitivas. El mismo tipo de belleza femenina, con el mismo tipo de belleza masculina, con las mismas cinco posturas de siempre y con argumentos que son bastante iguales. Y a nivel estético, lo mismo: todo iluminado, todo tiene que estar enfocado, no hay elipsis temporales, no puede haber cambios de plano interesantes. Parecen salidas de una fábrica: producen una y otra y otra y otra. Pero bueno, lo importante para que esto cambie son tres cosas: uno, presupuestos más grandes, que me lleva al punto dos, que la gente pague por porno (porque si no hay presupuesto, no se pueden hacer cosas chulas), y tres, apoyar a las productoras que están intentando hacer algo nuevo, y a los nuevos creadores: Erika Lust, Lucy Blues, Nico Bertrand… Tienen sus productoras, están intentando crear cosas y son unos completos desconocidos. Hay que intentar darles promoción, ayudarles con su marketing.
¿Has renunciado a algo de cara a llegar donde has llegado?
Hombre, nunca se puede tener todo. Cuando escoges un camino profesional estás siempre renunciando a otras posibles opciones ¡Quien mucho abarca, poco aprieta!
Además, si el camino que has elegido se aparta de lo políticamente correcto, vas a encontrarte con trabas, problemas y críticas, pero desde siempre he tenido claro que tengo que hacer lo que me haga feliz sin vivir en los miedos de los otros, y eso es lo que estoy haciendo.
Contestando a la pregunta de forma un poco más específica: mi relación con mis padres se vio debilitada por mi elección profesional y desde que me planté en un set de rodaje pornográfico supe que no iba a poder dedicarme en un futuro ni a la docencia ni a la política. Pero sinceramente no lo entiendo como una «renuncia» a nada, es simplemente una manera de crear mi vida y hacer lo que me apetece.
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