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Brad y Angelina, dar un cuarto al pregonero

Por María J. Pérez , 23 septiembre, 2016

Brad Pitt y Angelina Jolie en los Oscar en la 84 ª a 84 ª ceremonia de los Oscar en Los AngelesNo se ha hecho esperar. El bombazo de la separación de la pareja más glamurosa de Hollywood, Brad Pitt y Angelina Jolie, ha salido a la luz pública de forma oficial, algo que seguramente ellos hubieran querido mantener en la intimidad. Y aunque es justo lo que significaba la expresión española “dar un cuarto al pregonero”, solo puede ser de ilusos pensar que algo de semejante envergadura pueda no ser publicado de inmediato. Gajes del oficio, de la fama y de estar continuamente en el “ojo del huracán”.

Y no hace falta ya ese empleado municipal, el pregonero, para vocear a pleno pulmón y así hacer partícipe a todo el pueblo de noticias y avisos de esta y otra índole, simplemente porque dan mucho juego. Dimes y diretes, malas intenciones y mucha rumorología no dan tregua al secreto a voces que venía circulando desde hacía algún tiempo. Poco a poco se desvelan detalles que pueden encajar como un puzle en el gran rompecabezas que compone este peculiar matrimonio con nada menos que seis hijos, entre adoptados de distintas nacionalidades y biológicos –Maddox Chivan de 15 años, Pax Thien de 13, Zahara Marley de 11, Shiloh Nouvel de 10, y los mellizos Knox Léon y Vivienne Marcheline, de 8-.

Opiniones de personas allegadas, declaraciones de implicados respondiendo a las malas lenguas –como el caso de la pareja cinematográfica de Pitt en su última cinta, Marion Cotillard– y lo que aún queda por oír de fuentes fidedignas, otras menos veraces y de lenguas viperinas, será una constante en los próximos meses, porque no hay nada como sacar el jugo a un anuncio con tanta enjundia. Que si hay de por medio infidelidades, detectives privados, acuerdos matrimoniales, alcohol y drogas…. Y un sinfín de verdades a medias que solo ellos conocen porque… ¿quién no ha conocido alguna vez la típica pareja idílica que en un momento dado dan la inesperada noticia de su disolución dejando la incógnita, por no decir especulando todos los días, sin que se acierte a comprender cuáles han sido las razones reales del comunicado? Habría que mirar por un agujerito lo que es la vida conyugal de muchas parejas para desmadejar los diferentes entresijos que componen las relaciones personales ¡Todo un mundo! No envidio a los cónyuges más internacionalmente conocidos e icónicos que serán despedazados sin piedad lentamente hasta quedar como piltrafas humanas deambulando ante una sociedad ávida de información que nunca obtendrá completa.  Juicios mediáticos que revelan que hay tan poca privacidad como cotilleo mal intencionado.

Pero volviendo a la frase española antes referida, con el correr del tiempo el dicho adquiriría otro sentido, cual es el de ”reprobar la divulgación de algo que, por su particular naturaleza, debiera callarse”. En este caso y en otros muchos su difusión es inevitable, pero el meollo…

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