Carta abierta a Yolanda Diaz
Por José Luis Muñoz , 15 junio, 2024
Querida Yolanda:
Siempre es bueno asumir responsabilidades y hacer autocrítica, aunque sea tarde. El ilusionante proyecto de Sumar dejó de ilusionarnos a muchos a partir de la exclusión de una formación fundamental a la que se la ninguneó en todo momento: Podemos. Y fue ninguneada especialmente por ti desde el minuto uno. No entendimos desde posiciones de izquierda esa política de exclusión ni tampoco tu personalismo a la hora de coordinar Sumar, un personalismo que, por desgracia, es común a toda la izquierda en general que se muestra incapaz de converger en un proyecto común y de apartar los egos. España sigue siendo un reino de taifas. Lo lógico, para poner en pie Sumar que, de momento, no es más que una fórmula electoral, hubiera sido un proceso asambleario entre todas las organizaciones de izquierda y no ese largo periodo de escucha que duró un tiempo innecesario y en el que no se escuchó precisamente a la organización que debería liderar el proyecto por su implantación nacional y sus resultados electorales anteriores: Podemos. A mí, y a muchos votantes de izquierda, Sumar nos pareció que restaba. Así es que ha sido un suicidio para la izquierda de este país este cisma doloroso entre Sumar y Podemos que muchos intuimos que ha sido por meros personalismos que se han antepuesto al bien común.
La izquierda de este país es una suma intolerable de liderazgos en competición y en ello has caído tú, Yolanda. Los resultados a la vista están. Podemos, en su momento, estuvo a un paso de asaltar los cielos y dar el sorpasso al PSOE con sus 70 diputados. Ahora las expectativas para la izquierda son bajísimas y cunde el desaliento más absoluto en una Europa en donde el fascismo y la extrema derecha se prepararan a asaltar las instituciones y se ventea un cambio de tendencia.
Es necesario, por enésima vez, iniciar un nuevo proceso de unificación de las izquierdas (ya no sé cuántos llevamos, porque Izquierda Unida era exactamente eso, lo que indica su nombre, y no consiguió) y contar con todas las formaciones sin exclusiones, centrarse en los puntos comunes, ser generosos a la hora de elaborar las listas, ofrecer un programa social ilusionante de mejoras que contemple una regulación de los precios de los alquileres que son inasumibles, los bienes básicos, disparados por la inflación, la nacionalización de los suministros (es inaceptable que se haga negocio de la luz, el agua, el gas), mejorar los servicios públicos, etc. , porque aún quedan muchas cosas por hacer. Y plantar cara a los discursos de odio que vienen de la extrema derecha con decisión, dignificar la justicia, muchas de cuyas sentencias y diligencias son sencillamente aberrantes y atentan contra el sentido común, y también los medios de comunicación para combatir las noticias falsas y tendenciosas, penalizándolos con sanciones económicas porque la libertad de expresión nada tiene que ver con la libertad de difamación.
Mi reflexión, que creo que comparten buena parte de los que hemos seguido votando a Podemos por fidelidad y coherencia, no me impide felicitarte como ministra de Trabajo, creo que la mejor de la democracia, y te animo a seguir perseverando en tus acciones de gobierno para mejorar la vida de los ciudadanos. Pero también te digo que es necesario saber vender los numerosos aciertos de este gobierno de progreso que quedan opacados por el ruido generado por los continuos ataques de una derecha que quiere abatirlo por todos los medios de los que dispone, y son casi todos. El único poder que tiene la izquierda es la voluntad popular y si la estamos perdiendo es que algo estamos haciendo mal.
Un saludo
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