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DESMONTANDO EL MITO

Por Octavi Franch , 8 enero, 2016

ESCRITOREl otro día vi el programa de Bestiari Il·lustrat (Bestiario Ilustrado, en castellano) donde la bellísima Bibiana Ballbè entrevistaba el actor y buenazo Ivan Massagué, compañero mío en el culebrón catalán El Cor de la Ciutat (El Corazón de la Ciudad, en castellano). Aparte del mencionado maestro de las artes escénicas y audiovisuales, se entrevistó también entre otros a Ben Brooks, un joven? escritor inglés, supuesto niño prodigio por haber empezado a escribir tan pronto y, sobre todo, por haber escrito tanto en tan poco? tiempo…

Esto ya me pasó hace muchos años cuando en la radio catalana RAC 1 entrevistaron a  uno de esos dinosaurios literarios en catalán, uno de esos escritores que toda la vida ha tenido un trabajo de funcionario (buen horario, buen sueldo, muchas vacaciones, etc) y una afición artística, en este caso la creación literaria. Sí, estamos hablando de uno de estos escritores amateurs que han ganado el Sant Jordi (el premio literario más importante en catalán) y que publican en Planeta.

¿Cuál es el nexo entre un hecho y el otro? Pues aquí vamos: Viviana Ballbè y el mismo Ivan Massagué alucinaron cuando fueron conscientes de que el tal Brooks había escrito 3 libros en 5 años. Y la mencionada leyenda de las letras catalanas dijo en aquel programa de radio que si una novela no se tardaba un mínimo de 5 años en escribirse, no era buena.

Vayamos por partes. La rapidez no tiene nada que ver con la eficacia. Cada uno tiene su ritmo de trabajo y todos son admirables y, sobre todo, se han de respetar. Quién era mejor, ¿el niño Mozart que con 4 años compuso su primera ópera o Miró que se puso a pintar ya jubilado? Pues eso…

Pero es una mentira como una casa el hecho de que escribir 3 libros en 5 años sea una proeza. Como también lo es afirmar que escribir una novela en menos de 5 años no es escribir con calidad. La verdad es que escribir, para aquel que sabe y que tiene los dos elementos primordiales para poderlo llevar a cabo, es muy fácil. Muchísimo. Facilísimo.

Un escritor sólo necesita 2 herramientas: dominio de la lengua vehicular en la que quiere escribir e imaginación. El tema de la imaginación pide un artículo entero, pero esto deberá ser otro día. Poniendo de ejemplo el caso más cercano, es decir un servidor, yo tardo en escribir una novela, de promedio, entre 10 y 15 días; es decir a capítulo por día. Nunca he reescrito nada. Y si hablamos de otros formatos, pues: una película un día, una obra de teatro un día, un cuento infantil un par de horas, un relato un par de horas, un poema media hora, un artículo media hora, etc.

No digo que sea bueno ni que esté bien como lo hago. Sólo digo que es tan lícito hacerlo a mi manera que a la de los demás. Evidentemente si una obra te pide muchísima documentación, pues primero te debes documentar y luego ponerte a escribir, claro. Pero si escribes sobre lo que conoces o en clave de ciencia ficción, pues la cosa es muy rápida, porque sólo depende de tu agilidad con los dedos sobre el teclado. De nada más. Si te quedas atascado, déjalo correr: escribir no es para ti. Prueba otras artes. Yo dejé la música porque no era lo suficientemente bueno, al menos no tan bueno como yo pretendía ser.

Ahora, escribir lo que sea no me cuesta nada. Me cuesta lo mismo que respirar, que caminar, que dormir. Que vivir.


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