El Brexit sí, exit
Por José Manuel Orrego , 22 julio, 2016
Europa aún no ha terminado de asimilar la decisión que han tomado el Reino Unido. Por una diferencia de un 3,8% los ingleses han decidido ser más isla que nunca. Otra forma parecida de enunciar lo anterior sería decir que: un colectivo de 833.400 habitantes de los más de 64 millones que forman el Reino Unido decidieron abandonar la Unión Europea.
Extrapolando estos datos a nuestra realidad, sería como si los habitantes de una ciudad como Valencia o Sevilla (más o menos los mismos que votaron por el “Sí”) tomaran esta trascendental decisión por todo el resto de España.
Estas son las paradojas de la democracia. Los británicos están más divididos que nunca, la mitad de la población aún no se cree lo que ha sucedido. Aquellos orgullosos políticos que azuzaron para el cambio se encuentran hilarantes… Y yo me pregunto, ¿a qué viene tanta celebración?, ¿acaso un político no tiene que estar al servicio de todos (quiero decir, de sus votantes y de los que no lo son)? Es una falta de respeto hacia aquellos que no comparten tus ideas, no se puede estar tan sonriente cuando acabas de contrariar a la mitad de la población.
Los perplejos ciudadanos que votaron por la permanencia están asustados y no es para menos, las consecuencias son impredecibles, todos sabemos que cuando uno espera un efecto sin conocer su naturaleza… resulta cuanto menos, una situación de lo más desconcertante.
Independientemente de las consecuencias sociales y económicas de este referéndum, – que las habrá, o espero personalmente que las haya-, es innegable que se ha producido una fractura social, pero la pregunta es: ¿por qué este tipo de decisiones no se realiza mediante mayoría cualificada, por ejemplo dos tercios o tres quintos?, ¿por qué jugársela todo por un voto?
Queridos dignatarios tengan cuidado, la democracia es una herramienta con la que se pueden obtener grandes éxitos pero también grandes decepciones. Parafraseando a Groucho Marx «para que no te engañen, mejor no preguntes«.
Jose Manuel Orrego
22 de julio de 2016
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