Hacia una sociedad posicionada
Por Juan Carlos Vicente , 28 septiembre, 2014
La carrera tecnológica se sitúa en el nicho más potente del mercado. Los beneficios astronómicos del algunas empresas, han consolidado lo que se denomina (actualmente con cierta jocosidad) el Nuevo Paradigma, en una jungla en la que solo sobreviven los que se hacen fuertes estratégicamente.
Que una conocida cadena de comida rápida decidiese suspender su campaña en curso el día que falleció Robin Williams, perdiendo así el importe que le costaba su lanzamiento en Twitter, por temor a que se vinculase su marca con un acontecimiento negativo, obedece básicamente a una acción estratégica de reputación.
No es nuevo ni será la última acción de ese tipo que veremos.
Posicionar nuestra web o marca en las búsquedas del gigante Google no se consigue estrictamente con técnicas de SEO. Parte del éxito de estas acciones recaen directamente en el público que distribuye la información en redes sociales y plataformas de votación de contenidos. Lo que comúnmente se llama viralidad contiene en muchos casos una desarrollada estrategia de contenidos y optimización. Muchos de los aspectos de la visibilidad son ampliamente estudiados y programados, anticipándose y facilitando el camino de la difusión.
Puede parecer algo evidente, pero quizás el hecho de que lo viral no esté relacionado con lo importante que nos define como sociedad (acontecimientos, problemas, soluciones) nos lleve a pensar que, nuestro uso y disfrute de la tecnología, tenga que ver más con este último aspecto.
Basta con echar un vistazo a Twitter en horario nocturno para ver que, los programas de televisión que se emiten en esa franja horaria, son los temas más populares de debate.
¿Nos desvirtuamos como sociedad?
Simplemente nos desahogamos.
Si consideramos que la mayor parte de la sociedad actúa como espectador de lo que se considera éxito masivo, entenderemos nuestra participación y creación de tendencias sobre la actualidad.
No es poca la presión a la que nos vemos sometidos en la rutina del día a día, la crítica, el apoyo o el sarcasmo, se convierten en válvulas necesarias de escape de fácil acceso. Tal vez esto sea mucho más relevante en cuestiones de definición social. Hay un Todo ajeno al concepto prefabricado del Éxito que necesita respirar en campo abierto y, aunque involuntariamente posicionemos con ello marcas o tendencias que no sean afines, contribuimos a crear arquetipos que se estudiarán para mejorar su fórmula de funcionamiento.
Cada una de las ventajas que nos ha permitido la tecnología es un paso adelante en el estudio de una sociedad cambiante aún en fase primaria.
Es sencillo abrazar la tecnología que nos facilita la vida y la comunicación, pero también debemos ser conscientes de que somos un estudio de mercado de faceta pública, con aciertos y fallos, con interpretaciones que posicionarán nuestra sociedad a un lado u a otro de la vara de medir.
Juan Carlos Vicente
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