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La adolescencia: en busca de la propia identidad

Por Anabel Sáiz , 4 febrero, 2014

Alumnos-escuchandome

Anabel Sáiz

La franja de edad en la que nos centramos va desde los 12 años hasta los 18. Este periodo es el que se corresponde, actualmente, con la Enseñanza Secundaria Obligatoria, la ESO y el Bachillerato. Podríamos decir, afinando más, que es en el segundo ciclo, de los 14 a los 16 años, cuando el muchacho y la muchacha sufren las mayores transformaciones y es entonces, por supuesto, cuando las personas que están a su alrededor, docentes o padres, tienen que contar con suficientes estrategias para ayudar a que este adolescente siga adelante su camino y no se pierda en el intento.

Es también el momento justo para consolidar en los jóvenes el hábito lector, que tanto puede ayudar al adolescente,  como nos recuerdan López Molina y López Muyor: “El niño [podemos leer el joven] ahora es capaz de encontrar, interpretar y enjuiciar los distintos puntos de vista del texto, e incluso de captar los recursos estilísticos del texto”[1].

Los sentimientos, en esta época, ocupan un lugar primordial y, si añadimos la sacudida hormonal que viven los adolescentes, entenderemos por qué esta etapa es particularmente frágil y vulnerable.

Los intereses de los adolescentes son variados y abarcan, entre otros, aspectos éticos, religiosos, artísticos, musicales, familiares y sociales. En esta etapa se dan las crisis de independencia, tan relacionadas con el carácter adolescente, y aumenta la oposición al mundo adulto -padres, madres, educadores…- porque el muchacho y la muchacha necesitan afianzar su personalidad y lo hacen de una manera radical y tajante, pasional y extremista casi siempre.

En resumen, en estos años de cambios físicos y psíquicos, los chicos y las chicas van creando los ejes fundamentales de su identidad. A continuación, a título orientativo, ofrecemos un breve resumen de las principales características en la evolución del adolescente.

  • Vida cognoscitiva:
  1. Desarrollo total de la inteligencia: la memoria, la imaginación y la atención aumentan.
  2. Razonamiento hipotético-deductivo.
  3. Capacidad de abstracción.
  4. Espíritu crítico.
  5. Empieza el sentido histórico.
  6. Necesidad de actuar.
  7. Los jóvenes se preguntan por el sentido de la existencia y elaboran su propio sistema de valores.
  • Vida afectiva:
  1. Tienen intereses variados: intelectuales, éticos, sociales, religiosos…
  2. Descubren la amistad y el amor.
  • Evolución social:
  1. Crisis de independencia y oposición a los valores adultos.
  2. Afirmación de la personalidad y actitud contestataria.
  3. Va pasando de un cierto egocentrismo y gusto por la soledad a la vida en grupo (las pandillas) y a la integración en el mundo de los adultos (preocupación social).

La adolescencia, en suma, no es un momento fácil en la vida del ser humano. Todas las emociones están a flor de piel y hay que ser particularmente delicado, lo cual, como veremos en próximas reflexiones, no siempre es fácil, aunque sí apasionante.

 


 


[1] Juan López Molina y Pablo López Muyor: Lectura y hábito lector, Granada, Grupo Editorial Universitario, 2003, Pág. 87.

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