La palabra clave: Share
Por Clara Cordero , 28 mayo, 2014
“Share” By Clara Cordero
La viralidad que alcanzan las redes sociales para compartir cualquier cosa nos hace preguntarnos si resulta eficaz el aprendizaje a través de estos medios. Sin duda, las posibilidades que ofrecen en un aula y fuera de ellas son ilimitadas. Ahora sabemos que “share” resulta ser una palabra clave en todo proceso de enseñanza-aprendizaje. El aula ha dejado de permanecer inmóvil, quieta y ubicada en un reducto espacial. El aula se abre y, entre otras cosas, gracias a las redes. Tenemos que contemplar nuevas vías en la enseñanza. Y todo gracias al hecho de que accedemos a más información y que nos permite compartirla.
Surgen aquí nuevos escenarios educativos como resulta de todo este proceso. Aparecen docentes que se convierten en “content curators”, almacenan información relevante y catalogada que comparten en determinadas herramientas digitales y que al mismo tiempo facilita la difusión en redes. Esto, así mismo, orienta a otros en la creación de nuevos materiales y artículos didácticos que vuelven a favorecer su curación y la creatividad del resto de la comunidad digital.
Sin duda, la posibilidad de compartir ha facilitado la creación de comunidades de aprendizaje diversas, unas que almacenan, otras que clasifican, otras que crean nuevos contenidos y todo para facilitar la labor y la eficacia, buscando la autonomía del discente y empleando una nueva pedagogía al servicio de la era digital, o viceversa.
En este nuevo escenario se crean nuevos materiales didácticos que los maestros ponen también a disposición de sus estudiantes en las aulas, promoviendo un nuevo formato, una nueva metodología, la Flipped Classroom, o dar la vuelta a la clase. El alumno, de manera autónoma revisa la curación de contenidos que ha hecho el docente, y, el mismo, se convierte en “content curator”. Sigue un proceso de recolección de material, análisis del mismo y obtención de conclusiones propios de una auténtico autodidacta que propicia un mejor aprendizaje basado en la experimentación real con los contenidos y en la responsabilidad autónoma de cada discente. Las habilidades clave para este tipo de educación se ponen sobre la mesa con el “share this”.
Sería fundamental también una didáctica de las redes en la escuela para favorecer que todo llegue a buen puerto. Los estudiantes se acostumbran rápidamente a utilizar las redes pero no cubren todas las posibilidades que ofrecen, más bien, las utilizan de un modo superfluo y poco productivo. En la escuela, con toda la innovación que va llegando se hace necesario, también, una didáctica de las redes, una ampliación del campo de uso de los dispositivos que favorezca esa curación de contenidos adecuada y útil para el aprendizaje.
Aprovechemos que la tecnología está de nuestro lado, que nos permite ampliar el campo de estudio, de experimentación y por tanto la eficacia y la calidad de los aprendizajes. Simplemente se trata de una herramienta más, muy productiva y motivadora. Que no nos de miedo llevarla a la escuela.
Es cierto que surgen dudas en el manejo de las redes en la escuela por la facilidad en cruzar el camino correcto y hacer un mal uso de las mismas. Pero son circunstancias que ocurren en muchos otros campos y no por ello se dejan de hacer. Es una cuestión organizativa y, cómo en todo, según se prohíbe mas poder (inadecuado) alcanza.
Ahora prima una enseñanza digital y las redes son parte fundamental de ella. Comencemos dando los primeros pasos para que todas las escuelas dispongan de la tecnología suficiente (no hace falta que sea propia, pensemos en BYOD) para crear grandes comunidades que permiten elaborar grandes proyectos y por ende grandes aprendizajes. Si la educación digital comienza desde la primeras etapas evitaremos esa adicción o uso incorrecto de los dispositivos y conseguiremos utilizarlos de una manera productiva y acorde a los contenidos que queremos enseñar/aprender.
¿Porqué nos empeñamos en hacer las cosas difíciles o aburridas?
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